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La Navidad tambien ha llegado a la marginación. La iglesia dels Caputxins de Palma se convirtió ayer en comedor social, haciendo bueno aquello de darás de comer al hambriento, y de beber al sediento.


Y sí. En torno a las mesas frente al altar, los sin techo, los con techo pero sin ingresos y las personas que no les ha quedado nada - había varias familias enteras-, almorzaron a base de sopa, escaldums de pavo y turrón, más algo que se llevaron a casa en bolsas. Y hubo animación a cargo de una colla de xeremiers. Sólo los primeros 200 de la larga cola que se formó pudieron acceder al interior del templo.


Can Gazá y Zaqueo también tuvieron su fiesta. Reunión en torno a la mesa, con la mirada puesta al frente, deseando lo mejor unos a otros. En Zaqueo hubo hasta pollos al ast. 80 en total para 320 comensales, además de una copita de cava y -algunos- un purito. Si Can Gazá celebró la cena en el interior de la casona, Zaqueo, en parte, reunió a la gente en la plaza, en torno al asador de pollos y entre ellas muchos marginados de siempre, más otros muchos que se acaban de sumar arrastrados por la maldita crisis por la que atraviesa el país.