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Que las Illes Balears dependen en gran medida del buen estado de conservación del mar que las rodea es obvio, pero el siglo XX no fue del todo benévolo con este entorno.

«La intensidad de la extracción pesquera en Balears es menor que en aguas de la Península por la menor presencia del arrastre de fondo, pero a pesar de esa mejor salud también se ha llegado aquí a la sobreexplotación de las principales especies comerciales». Ese diagnóstico de Oceana, la mayor organización internacional dedicada a proteger los océanos del mundo, expresado ayer en una jornada divulgativa en Palma, lleva consigo la pretensión de que un tercio del promontorio marino balear sea protegido como una «zona ejemplar».

Esquilmación

Según Oceana, la pesca profesional en Balears apenas representa un 0,25% del PIB regional, siendo la artesanal -320 embarcaciones- la más característica junto al cerco y los palangres de fondo y superficie.

La pesca industrial de arrastre, causante conforme a los estudios realizados por Oceana de los más notables datos de esquilmación de especies, cuenta en con 40 barcos de matriz balear «a los que hay que añadir 70 embarcaciones de arrastre procedentes de la Comunidad Valenciana, a las que se permite pescar en aguas de las Pitiüsas con un límite de 40 de esos barcos faenando simultáneamente».

Para la entidad conservacionista, «las aguas de Balears cuentan con una flota pesquera, propia y visitante, sobredimensionada, es decir, con una capacidad de captura superior a la de la regeneración de los recursos, y en consecuencia es una actividad extractiva que está lejos de ser sostenible».

Entre otras propuestas para la sostenibilidad pesquera, Oceana expresó durante la jornada de ayer «ampliar la superficie de Áreas marítimas Protegidas hasta el 30% de la plataforma balear con el fin de convertir al archipiélago en una zona ejemplar conforme al convenio de la ONU sobre la Diversidad Biológica».

En la jornada, con el título «Pesca responsable y áreas marinas protegidas en las Illes Balears» participaron, entre otros, los investigadores Enric Massutí, María José Cornax, Miquel Palmer, David Díaz y Ricardo Aguilar.