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La vida en los campamentos de refugiados saharauis, instalados en territorio argelino desde hace más de 35 años, dio un vuelco el pasado fin de semana con el primer secuestro de cooperantes extranjeros: dos españoles -el mallorquín Enric Gonyalons y la madrileña Ainhoa Fernández de Rincón-, y la italiana Rossella Urru, cuando se encontraban en las instalaciones en Rabuni, el centro administrativo de los campamentos en el que se encontraban alojados.

Tras años de conflicto armado con Marruecos, los saharauis viven desde hace varios lustros con la promesa -hasta ahora incumplida- de un referéndum de autodeterminación, en una calma tensa, vigilante, esforzándose día a día para que su voz se oiga más allá de la inhóspita porción de desierto del Sáhara que ocupan, una zona con dos únicas estaciones, invierno, en el que son habituales las temperaturas de 1 grado, y verano, durante el que es normal que los termómetros alcancen los 60 grados, además de frecuentes sirocos (tormentas de arena).


Convulsión

Ahora este secuestro, cuya autoría sigue sin confirmarse, puede suponer un duro revés para la causa saharaui y ha convulsionado la vida en los campamentos, en especial la de los cerca de 50 cooperantes extranjeros que quedan en la zona. La mayor parte de ellos provienen de España, el país que presta más ayuda humanitaria a los saharauis, y una de ellas es de Mallorca. Se trata de una enfermera que trabaja para la Associació d´Amics del Poble Sahrauí de Balears y que realiza una labor de apoyo sociosanitario.

Por lo pronto, aunque el Gobierno no ha pedido la repatriación de los cooperantes españoles diseminados por las distintas wilayas (provincias), sí les ha instado a extremar las medidas de seguridad. Para ello, la primera medida ha sido su reagrupación en Rabuni para su mejor protección. También el Frente Polisario ha reforzado la seguridad de los extranjeros en los campamentos. Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha aconsejado aplazar por el momento «todos los viajes no esenciales» a la zona, aunque en Balears no había previsto ninguno para estos días.