María Alzamora, Beateta 2011, estuvo arropada por una nutrida corte de angelitos y fue la gran protagonista de la tradicional cabalgata que anoche recorrió las calles de Palma. | M. À. Cañellas

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La ilusión, nervios y alegría de los pequeños protagonistas, payeses, payesas, dimonis, angelitos, etc participantes en la cabalgata de la Beateta de Palma, se reflejaba en sus rostros momentos antes de dar la salida. María Alzamora Nadal, de seis años de edad, estuvo arropada en el carro Triunfal por una nutrida corte de angelitos que durante todo el recorrido no paró de repartir caramelos. Menos público y menos carrozas asistentes en esta ocasión, que también contaba con menos presupuesto económico que en años anteriores.

A pesar de ello, la celebración no deslució pero sí el recorrido se realizó en menos tiempo que el año pasado, prácticamente no llegó a una hora de duración.

La única novedad, podría ser la figura del padrí de la Beateta, que tras 22 años de ser protagonizado por Vicens Torres, en esta ocasión fue Toni Frau, de Sóller, quien quiso ir a lomo de su propio caballo blanco, llamado «Pedro».

Collas y carrozas de otras barriadas y localidades mallorquinas se sumaron a la cabalgata que encabezaron los Tamborers de la Sala, seguida de la Escola l'Asumpciò de son Espanyolet, quienes realizaron el recorrido con dos carrozas, una con la beateta y su corte y otra que recreaba a la beata ya de adulta. Tras ellos, xeremiers y tamborers que hacían sonar sus instrumentos y donde los payeses y las payesas bailaban ball de bot.

La gran mayoría de los participantes en la cabalgata de la Beateta de Palma esta formada por niños y niñas. Tras la carroza triunfal, construida en 1868 y propiedad del Consell de Mallorca, que recientemente la ha restaurado, una corte de padres y madres llevando chaquetas, cochecitos y cámara de fotos en mano para fotografiar a sus hijos. Además del Passeig Mallorca, fueron cortadas al tráfico Jaume III, calle Unió, Plaça Weyler, calle de la Riera y Vía Roma.

Viandantes y turistas contemplaron la fiesta que data de 1792. La imagen más simpática la protagonizaban los pequeños, vestidos con los trajes típicos y tocando los tambores. Por el contrario, los dimonis provocaron que más de un niño rompiera a llorar y más de una jovencita saliera corriendo calle abajo.

El carro triunfal se desvió a la altura de la Plaça del Mercat para acercarse a la parte trasera de la parroquia Sant Nicolás. Desde lo alto, un cucurucho de golosinas era deslizado con una cuerda y cogido por el párroco de Sant Nicolás, Felipe Guasp Nadal para entregárselo a la pequeña María Alzamora, esta le correspondió con una caja de bombones. Las campanas replicaron rememorando que la Beateta fue admitida como monja en el conservatorio de Santa Magdalena.

Tras este emotivo momento, el carro triunfal continuó su camino hasta llegar a la fachada del Teatre Principal, donde la presidenta del Consell de Mallorca, María Salom recibió a la Beateta, e incluso Salom se subió al carro, intercambiándose unos regalos.

A la entrada en las Ramblas del Ducs de Palma de Mallorca, la cabalgata se fue disolviendo y los niños regresando con sus padres.