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Entre sus múltiples trabajos como psicólogo y escritor reflejando las experiencias vividas, Andrea Fiorenza (Calabria, Italia, 1960) dedica mil horas al año a la terapia con niños y adolescentes «problemáticos», con la intención de aplicar a cada caso una terapia breve de estrategia, es decir, el arte de resolver conflictos mediante soluciones en apariencia simples.

-¿Sus terapias expresadas durante más de dos décadas se distinguen ante todo por la brevedad?

-Solo en cierto modo. Una estrategia para identificar y desbloquear el problema puede ser, en efecto, breve en el tiempo, y saldarse con éxito, y sin embargo puede requerir su revisión porque vuelve a manifestarse. Es lo mismo que cuando un tratamiento médico alivia una dolencia, pero no es descartable a momento presente que vuelva a reproducirse.

-¿En qué se basa la rápida terapia para un problema y su éxito?

-Los psicólogos estamos preparados para hacernos una idea cabal del conflicto. Lo que yo propongo es seguir la frase del filósofo Wittgenstein según la cual si a un juego le modificas la estrategia, ya se ha convertido en otro juego. Un pequeño cambio de estrategia puede resolver los problemas de un menor rebelde.

-¿Triunfa usted siempre con sus estrategias?

-Desde luego que no. Ninguna iniciativa humana continuada se salda con el éxito completo. Lo que debo decir al respecto es que cuando fracasa una de mis propuestas yo no le echo la culpa a nada o nadie. Reflexiono para intentar extraer mejores consecuencias en el futuro.

-¿El actual modelo de familia está detrás de muchos problemas emocionales de los menores?

-Siempre es arriesgado hacer pronunciamientos que parecen indiscutibles. Mi trabajo de tantos años me lleva a pensar que la sociedad ha cambiado y en su seno lo ha hecho la familia. Y en el ámbito familiar han desaparecido lo que tanto tiempo fueron reglas claras sobre el rol de padres e hijos, y han sido sustituidas por reglas confusas.


-¿Se le ocurre algún ejemplo de confusión?

-Ejercer la autoridad paterna sin totalitarismo. Observar y ejercer de guía sin órdenes tajantes y absurdas como «sé independiente». Nadie puede acceder a la independencia obedeciendo una orden.

-¿Cómo organizarse?

-Con las jerarquías claras pero con la sensación de que todos los miembros de la fasmilia participan en la elaboración de las reglas.