Una imagen muy simpática de una jornada de lluvia en Palma. | Michel's

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El director territorial de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Agustí Jansà, ha explicado hoy que el mes de septiembre y lo que va de octubre han sido más cálidos y secos de lo habitual pero ha indicado que «la puerta del mal tiempo se ha abierto» y se prevé un otoño más lluvioso de lo normal.

Jansà ha explicado la previsión para la estación con motivo de la reunión de coordinación celebrada hoy por los comités de Gestión de Emergencias y de Planificación en Protección Civil de Baleares para preparar la temporada de meteorología adversa que comienza ahora.

El verano ha sido anómalo, con un mes de julio fresco y con episodios de lluvia que en ocasiones fueron extraordinarios, como los más de 100 litros por metro cuadrado registrados una mañana en la localidad menorquina de Es Mercadal, según ha recordado Jansà.

«Agosto ha sido cálido y septiembre y octubre están siendo cálidos y secos, cuando tocaría que fueran los meses con más lluvias del año», ha indicado el responsable de la Aemet en Baleares que ha atribuido el retraso en el comienzo de la temporada de lluvias al hecho de que Baleares presenta un clima Mediterráneo fronterizo, que estas semanas vive una anomalía de influencia subtropical.

Ha remarcado que octubre no ha acabado y que si bien hasta ahora casi no ha llovido «no quiere decir que a partir de ahora no pase lo contrario». En opinión de Jansà, «cuando acabe el mes no será un octubre tan anómalo, cálido y seco como ha sido hasta ahora».

Jansà ha asegurado que las previsiones disponibles «apuntan a un otoño incluso más lluvioso de lo normal y suele ser un período de mucha actividad meteorológica».

«Si se llega a cumplir, hemos de esperar situaciones activas, aunque hasta ahora prácticamente no ha habido nada, solo un pequeño episodio hace dos madrugadas con lluvias intensas y muchos rayos, pero significa que el camino ha quedado abierto», ha detallado. En los próximos días se prevé un nuevo episodio de tiempo adverso a partir del domingo y en las primeras horas del lunes.

Por su parte, la directora general de Interior, Emergencias y Justicia, Isabel Febrer, ha explicado que la situación meteorológica ha hecho que este año se prorrogue el plan preventivo de la temporada de incendios del 15 al 31 de octubre. Se ha retrasado el Inunbal, en previsión de inundaciones, que se suele activar de 1 de septiembre a 1 de noviembre, «pero los organismos están preparados».

«Parece que este año vamos un par de meses por detrás de lo habitual», ha afirmado.

Ha asegurado que Emergencias funciona «en coordinación absoluta con las previsiones que indica la Aemet» y de hecho la activación del plan de fenómenos meteorológicos adversos Meteobal se corresponde con las alertas de la Aemet y solo varía «en los colores». La alerta amarilla corresponde al índice de gravedad cero (IG0), la naranja al IG1 y la roja al IG2.

Entre enero y septiembre ha habido 210 incidentes relacionados con fenómenos meteorológicos adversos en Baleares. El mes de mayo fue el más prolífico con 103 y agosto el más tranquilo con solo uno.

Las cifras suponen por el momento ha habido un descenso del 84 % en número de incidentes registrados por Emergencias 112 en relación al año pasado.

Hasta septiembre, Emergencias ha activado niveles de alerta por meteorología en 41 ocasiones, la mayoría (36) con índice de gravedad cero, y cinco veces por índice 1, con mayor probabilidad de que se dieran los fenómenos adversos previstos.

Jansá ha explicado que en alerta amarilla se suele estar bastantes veces, la naranja corresponde a fenómenos infrecuentes y el rojo «se vive poco porque meteorológicamente es muy difícil prever este tipo de fenómenos serios y violentos», y ha citado como ejemplo la tormenta que azotó Baleares el 4 de octubre de 2007.

Ha recordado que los años que causó le costaron 43 millones de euros al Consorcio de Compensación de Seguros, «lo que da una idea de su virulencia». Según Jansà, la única forma de prever un «cap de fibló» como los de aquel día sería «extender redes de radar meteorológicos dispuestos donde se está creando la tormenta».

Pero ha puntualizado que no todos los fenómenos adversos son imprevisibles, como aquella «turbonada», sino que «los hay muy previsibles».

Febrer ha remarcado la necesidad de potenciar la coordinación entre los organismos y las labores de prevención con la difusión de los consejos de autoprotección entre la población, de cara al comienzo de un período de mayor meteorología adversa.