TW
1

«Los niños de la calle, los niños de la cárcel, los niños de la pobreza, los niños del abandono... los niños del mundo, de ese mundo sin fronteras, niños también nuestros que tuvieron la osadía de nacer en un mundo injusto», es a éstos niños y niñas de Bolivia a los que ayuda la Fundación Amazonia, en palabras de su presidenta, la doctora Juana María Román.

«La cárcel de San Roque en Sucre (Bolivia), con capacidad para 60 reclusos y donde conviven 280 en condiciones inhumanas. Los niños, que viven con sus madres privadas de libertad» son uno de los proyectos de la ONG en 2011 que está montando una guardería para éstos pequeños.

Calle

La Fundación Amazonia, que preside la doctora mallorquina, también acoge a niños del «barrio 'Nuevo paraíso', un basural de la periferia con un enjambre viviente incapaz de satisfacer las necesidades más básicas, con niños disputando a los perros los deshechos de los vertederos», explica Román.

«En el mercado central, en el mercado campesino, niños hambrientos, desnutridos, enfermos, arrastrando cargas en sus pequeñas espaldas por unos míseros pesos, son clientes asiduos a nuestros comedores populares», especifica la presidenta.

Para todos éstos niños trabaja la Fundación Amazonia para alcanzar «la felicidad a través de la utopía» y para dejar claro que «los niños no deben morir».

La doctora recuerda que «el número de adolescentes embarazadas en Bolivia es alarmante. De cada mil adolescentes, 88 se encuentran en estado de gestación» y para ellas la ONG cuenta con el Hogar Miski Wasi y los niños con el Hogar Mallorca. Además de la panificadora taller-escuela, un comedor popular, el voluntariado y el apadrinamiento.