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Las autoridades locales de Nápoles han solicitado ayuda formalmente a Balears para solucionar los graves problemas de salud pública que está causando la basura en la ciudad italiana. En concreto, los políticos napolitanos han propuesto a Tirme la posibilidad de traer 4.000 toneladas de residuos semanales a Mallorca durante unos seis meses para que sean incinerados en la planta mallorquina; en total, serían 100.000 toneladas de residuos. Los residuos llegarían a la Isla en barco a partir del mes de septiembre u octubre, coincidiendo con la temporada baja y la caída de la entrada de residuos en la incineradora motivada por el descenso de la llegada de turistas. De este modo, si actualmente la planta está al 90% de su capacidad, en los meses de temporada baja llega a estar en torno al 30%.

Rechazada

Tirme registró esta solicitud en el Consell de Mallorca a principios de agosto, pero la consellera insular de Medi Ambient, Catalina Soler, ha rechazado la oferta, ya que entiende que iría en detrimento de la imagen turística de la Isla.

Sin embargo, el tratamiento de residuos procedentes de otros países está permitido por la Unión Europea, aunque sería necesario que el Consell tuviese autorización de la Comissió balear de Medi Ambient. Por citar un ejemplo, en 2007 se exportaron dentro del ámbito de la Unión Europea unos 6,4 millones de toneladas de residuos no peligrosos.

Desde Tirme insisten en que la planta incineradora está preparada para aceptar la propuesta de Nápoles y aseguran que no supondría contaminación para la Isla, ya que los residuos vendrían compactados y tratados directos del barco a la incineradora. Además, argumenta que incinerar la basura napolitana supondría unos ingresos superiores a los diez millones de euros (la tonelada de basura se cobraría entre 80-90 euros), lo que posibilitaría no subir la Tarifa Insular de Residuos Sólidos Urbanos (TIRSU). En concreto, se podría bajar 25 euros el coste por tonelada.