Pedro Terrassa ha presentado su dimisión al frente de IB3. | Teresa Ayuga

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Pedro Terrasa anunció ayer su dimisión como director general de IB3, pero su renuncia no será efectiva hasta que el Govern no le encuentre un sustituto. Terrasa comunicó a través de una carta que renuncia a seguir al frente de IB3 para irse a trabajar al Real Mallorca. Sin embargo, Terrasa no podrá dejar IB3 hasta que el Govern pueda pactar un sustituto.
La situación legal que se plantea ahora en IB3 no es nada sencilla. El Govern tiene que presentar una propuesta en el Parlament y que tiene que contar con dos terceras partes de los votos. Es decir, los votos del PP no son suficientes para poder elegir al nuevo responsable del ente público. Si finalmente el nuevo director no sale con dos terceras partes de los votos, el Parlament deberá reunirse seis meses después y en ese momento sí basta la mayoría absoluta. Este plazo de seis meses se introdujo en la ley a propuesta del PP para desbloquear un previsible desacuerdo político.
Consejo de Dirección
En realidad, la Cámara autonómica tiene que elegir al Consejo de Dirección, un órgano formado por nueve personas, entre las cuales se encuentra el director general. Se pueda dar la paradoja de que si finalmente no hay consenso entre todos los partidos, el futuro Consejo de Dirección, que sustituye al actual Consejo de Administración, esté formado íntegramente por representantes del PP, lo que supondría desvirtuar el espíritu de una ley que abogaba principalmente por el consenso parlamentario.
Esta maraña jurídica sobre la elección del futuro director de IB3 obligará a Terrasa a seguir al frente de la tele hasta que se encuentre una solución. «No me iré al Real Mallorca hasta que todo esto se arregle», dijo Terrasa, que se mostró muy ilusionado con retornar al club bermellón.
Una vez que se haga efectiva la dimisión de Terrasa, los actuales directivos de IB3 no dejarán sus cargos hasta que hayan transcurrido 45 días. Solo dejarán antes los cargos si son destituidos por el nuevo director general del ente público.Como el panorama que se plantea en IB3 no es nada fácil, podría darse la circunstancia de que el Govern tuviese que buscar una salida legal transitoriamente para nombrar a un director general provisional hasta que el Parlament, si finalmente no hay consenso, elija al sustituto de Pedro Terrasa.
Sin embargo, hay un hecho que podría precipitar los cambios en IB3 antes de cumplir el período de seis meses que marca la ley. En noviembre hay elecciones generales y al PP le interesa ya tener el control de la tele y la radio pública lo antes posible.