Un grupo de 'indignados' se han concentrado frente a la Delegación de Gobierno para realizar una 'cacerolada' de protesta. | Joan Torres

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Alrededor de 70 'indignados' del Movimiento 15-M han realizado una cacerolada frente a la Delegación del Gobierno, en Palma, en contra de la firma del 'Pacto del Euro', mediante el cual, según censuran, los gobiernos europeos establecen «nuevos recortes en el sector público; aumento de las jornadas laborales; retraso de la edad de jubilación; congelación de todas las pensiones; reducción de ayudas sociales y aumento de impuestos».

Así, reprueban que este Pacto supone un «gran atraco socioeconómico de alcance internacional», ya que «los políticos de la Unión Europea se ponen de acuerdo para legislar a las órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI), del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco Mundial (BM).

Durante la cacerolada, uno de los 'indignados' ha criticado que «antes se llamaba reforma laboral y Plan Bolonia y ahora Pacto del Euro» y, en esta línea, ha criticado la «impunidad» que tiene la clase política. Así, ha criticado que se está dando «carta blanca a una panda de mediocres para que decidan por nosotros», dado que «el pueblo no está votando».

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De este modo, ha aseverado que la firma del Pacto del Euro supone un «paso más en la dirección que esta gente está tomando», en referencia a los políticos, y, en este sentido, ha considerado que la única solución es una democracia «directa y participativa», debido a que, a partir de ahí, «vamos a cambiar todo lo demás».

«Digamos no al Pacto del Euro, pero digamos no a la impunidad que tienen esta panda de mediocres», ha recalcado. La cacerolada de esta tarde se ha producido, después de que el pasado 19 de junio miles de personas participaran en la capital balear en una manifestación multitudinaria en contra de la firma del Pacto del Euro.

Otra de las 'indignadas' ha leído un comunicado en el que censura que la firma del Pacto del Euro «reforzará a las grandes corporaciones financieras, porque se adoptarán políticas que interesan a la banca y a las grandes empresas europeas».

Asimismo, ha añadido que «se seguirá permitiendo la usura bancaria; no se intevendrá en los paraísos fiscales; no se pondrán impuestos a las transacciones financieras ni serán reguladas las agencias de calificación; no se tomarán medidas contra el paro, ni a favor del bienestar social, ni se explicará debidamente a la ciudadanía en qué consiste la deuda pública».