Tres de los controladores que abandonaron sus puestos en el puente de la Constitución han declarado hoy ante el juez. | M. À. Cañellas

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Tres controladores aéreos negaron ayer ante el titular del Juzgado de Instrucción 1 de Palma, Juan Catany, y la fiscal Amparo González, haber boicoteado las entradas y salidas de aviones en los centros de control de Balears el pasado Puente de la Constitución, y atribuyeron el abandono masivo de sus funciones a la tensión y ansiedad registrada esos días.
La huelga encubierta que, según Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), protagonizaron los controladores en Balears y en el resto del Estado, dejó en tierra a miles de pasajeros.
El juez de Palma instruye la causa contra unos ochenta controladores aéreos, a quienes la Fiscalía de Balears y la Guardia Civil les imputa un delito de sedición.
Tensión y nervios
José Rodríguez declaró ayer que el pasado 3 de diciembre estaba «tensionado» cuando empezó su turno de trabajo, que empezó a sentirse mal y solicitó el relevo. Insistió en que no se puso de acuerdo con ningún compañero sobre una estrategia para ponerse enfermo de forma gradual. Subrayó que se enteró de lo que estaba ocurriendo «por la televisión».
David Almoguera, por su parte, dijo que el día de autos tenía ansiedad, la tensión muy alta y pulsaciones, por lo cual, el médico le recetó un valium. Admitió que se quedó muy sorprendido cuando vio en la torre de control a guardias civiles, y que antes de firmar la hoja que le extendieron, preguntó a uno de ellos si podía tener una copia del Código Penal Militar «pues lo desconocía», precisó. Finalmente, Pedro Blázquez dijo que su malestar y nervios provenían de la incertidumbre laboral. Subrayó que también se enteró de lo que estaba ocurriendo por la televisión. El abogado de la acusación particular, Luis Vericat, confirmó que pedirá fianzas de responsabilidad civil a los controladores imputados.