La marjal poblera produce tres cosechas al año: la patata extra-temprana, la temprana y la de gra . Dentro de quince días finalizará la campaña de extra-temprana y temprana, la que se exporta y genera mayor negocio. Pese a que la mayor parte de la producción ya está vendida, en los almacenes aún hay género no enviado. El mal llegaría si se anularan pedidos.
Joan Company, director general de S'Esplet, lamenta que en algunos países se haya prohibido la entrada de hortaliza española y teme que ello «condicione el final de la campaña de exportación». «Es difícil saberlo, pero nos jugamos muchos dinero», añade.
Biel Torrens, secretario general de Unió de Pagesos, es de otro parecer. «La crisis del pepino no se puede relacionar con la patata. No sería justo ni lógico y es crear una alarma innecesaria», dice. Torrens recuerda que la patata «llega en condiciones óptimas» a su destino. «Se trata de un producto muy mimado, los controles de calidad que pasa son muy rigurosos», añade. En este sentido, Torrens asegura que «la hortaliza de Mallorca es buena». Gabriel Company, presidente de ASAJA Balears, afirmó que la crisis de los pepinos ha paralizado todas las exportaciones españolas, si bien también indicó que en el caso de Balears sólo se ha producido un periodo de paralización de pedidos en las patatas
Company indicó que los agricultores de las Islas sólo exportan patas y algo de sandías, aunque destacó que esta crisis ha producido una caída de ventas en el mercado interno. No obstante, confió en que la crisis remita después de que se haya demostrado que los pepinos españoles no están contaminados.
Por su parte, Mercapalma cerró ayer por la mañana la entrada a pepinos de la Península y sólo trabajaron con productos locales.
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