La incomodidad fue la tónica de la votación en instalaciones del colegio Costa i Llobera.

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Lo más interior, la intimidad, no pudo ser asegurada el domingo en un número significativo de colegios electorales en Mallorca dado el número de candidaturas presentadas a los ayuntamientos, al Consell y al Parlament. La cabina tipo con más capacidad de las que se envían a los centros de votación tiene 42 compartimentos, y solo en Palma había cerca de sesenta opciones.

Sobre la marcha, la única opción posible ayer fue colocar las papeletas en mesas en las que los votantes hacían su elección a la vista de todos. Las quejas orales a los responsables de las mesas fueron numerosas, aunque a la postre los ciudadanos no las hicieron constar de forma oficial ni interrumpieron los comicios.

Incomodidades

«Esto es ridículo -manifestó a Ultima Hora una ciudadana-, porque en espacios de cuatro años y con lo que cuesta en conjunto un proceso electoral no se puede tener el mismo mobiliario durante un siglo». Junto a ese detalle, que fue característico de la jornada electoral en la Isla, se produjeron otras incidencias ya clásicas como la existencia de barreras arquitectónicas en algunas sedes de votación, o la ausencia de papeletas en el sistema Braille de escritura para ciegos. Fuentes de la Delegación del Gobierno señalaron al respecto que «la queja es muy razonable» pero que «se carece de instrucciones específicas sobre cuántas papeletas habrían de estar realizadas en relieve en cada lugar».

No pocos fueron los ciudadanos que se quejaron también de las pequeñas dimensiones y de las incomodidades en sedes electorales como la del colegio Costa i Llobera, en la calle General Riera, y el de Son Serra, en la Vileta, teniendo en cuenta que en ambos entornos hay institutos de enseñanza y otras dependencias públicas con instalaciones más apropiadas.

Identificaciones

También registró la Junta Electoral de Palma una queja por parte del Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal, alguno de cuyos votantes -la formación no pudo movilizar delegados en cada colegio- denunció la falta de papeletas, una cuestión que fue subsanada hacia las 12 horas con los folios de reserva que quedan almacenados para el día electoral.

Y en cuanto a identificaciones, no faltaron las personas de cierta edad que presentaron -por acumulación- alguna que data del siglo pasado, aunque a la postre apareció el DNI «de última generación» con el que pudieron ser electores.