Paso de la Cofradía de Santiago, obra del escultor Jaume Mir, que presidió ayer la primera procesión de Semana Santa. | J. Lladó

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La primera de las procesiones de la Semana Santa de Palma 2011 se desarrolló con buena coordinación y sin que se observaran cortes. Numeroso público se congregó para verla a su salida en la plaza Joan Carles I y en la zona de Jaume III y Bonaire, siendo poca la presencia en las calles de Sant Feliu y Sant Gaietà.

Los penitentes portaron ramos de olivo o palmas, algunas de ellas de exquisito trabajo artesano, como fue el ejemplo de la cofradía La Salle.

A las seis de la tarde salió del templo parroquial de Sant Jaume para seguir el siguiente itinerario: Joan Carles I, Born, Sant Feliu, Sant Gaietá, Asprer, Jaume III, Baró de Sta. Mª del Sepulcre, Berenguer de Sant Joan, Bonaire y Concepción.

Sección Montada

La encabezó cuatro ejemplares de pura raza mallorquina de la Sección Montada de Policía Local y los Tamborers de la Sala; las cofradías de Pòrtol, s'Arenal y Coll d'en Rebassa seguidas de las 32 de la Asociación de Cofradías de Palma.

El paso de la cofradía Santa Mónica fue el primero en procesionar delicadamente adornado con flores junto al grueso de sus cofrades y banda, presidiendo la misma la madre vicaria agustina, Serafina Vilanova. Cercana a ésta desfiló la cofradía de Jesús del Buen Perdón, con notable aumento de penitentes. Les acompañó, precediendo el paso de su mismo nombre, la escuadra de la Asociación de Damas y Caballeros Legionarios.

El desfile siguió a muy buen ritmo al pasar por el Passeig des Born, donde se concentraban muchos turistas que tomaron fotos con sus cámaras.

Los monaguillos tuvieron un notable protagonismo. Siguiendo la tradición repartieron confites o piruletas y los hubo, como el caso de los de la cofradía de Sant Miquel, -muy remozada por cierto- que obsequiaban pequeñas palmas y los de Santa Mónica estampas de Jesús.

Destacaron por su gran participación de penitentes las cofradías de Santa Mónica, La Asunción, La Salle, Cruzada del Amor Divino, Nuestra Señora del Remedio y El Silencio de Montesión cuyos cofrades en esta procesión no desplegaron su elegante capa estando de nuevo acompañado cada cofrade por su propio monaguillo. La música se dejó sentir por las agrupaciones musicales de Joventut d'Inca, La Esperanza, La Salud y Nuestra Señora de la Paz. Esta última causó una auténtica sensación. Otro de los pasos lo aportó la cofradía Cruz de Calatrava, con su Virgen de Gracia y por último salió el paso de la Entrada de Jesús en Jerusalén, de la cofradía de Santiago que preside Antonio Enseñat, arropado por todos los miembros de su cofradía y musicado por Nuestra Señora de la Paz.