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La Procesión de los Estendards desfiló ayer tarde desde la iglesia de los Caputxins hasta la basílica de Sant Francesc, un recorrido que abrían los Tamborers de la Sala mientras las bandas de Santa Mónica, Madre del Amor Sereno, Congregación Mariana y Nuestra Señora de la Esperanza acompañaron a los cofrades que llevaban los estandartes de cada una de las cofradías que participará en los desfiles de la Semana Santa palmesana.

A su llegada al templo de Sant Francesc, cada uno de los estandartes fue depositado junto al altar. El encargado de leer el pregón de la Semana Santa fue el padre franciscano Gregori Mateu Estarellas, el cual señaló -arropado por los representantes de todas las cofradías- que «la historia de Mallorca no se podría explicar alejada de las tradiciones religiosas».

Mateu no obvió la vinculación de Palma con el beato Ramón Llull, «el místico sublime» en sus palabras, del que enfatizó su vertiente religiosa en unas fechas tan especiales como la Semana Santa.

Al finalizar el pregón, en la misma basílica de Sant Francesc se ofreció un concierto a cargo del Studium Cor de Cambra dirigido por Carles Ponseti Verdaguer, que interpretó el Via Crucis compuesto por Franz Lizst.

Los primeros bancos del templo los ocuparon el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, acompañado por el vicario general de la Diócesis, Lluc Riera. El acto también contó con la asistencia de la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, junto con el teniente de alcaldesa Andreu Alcover.