Pere Sampol y Juan Carrero, en una protesta contra Kagame en septiembre en Nueva York. | Efe

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Según Wikileaks, es patente la preocupación del Gobierno de EEUU por la querella criminal interpuesta en la Audiencia Nacional por dos ONG mallorquinas: Fundació S'Olivar y Drets Humans Mallorca, con la financiación del Fons Mallorquí de Solidaritat, por el asesinato de nueve españoles; cuatro magnicidios; crímenes masivos, los mayores tras la Segunda Guerra Mundial; y el crimen de pillaje de recursos naturales en el Congo. Y es que los intereses, no sólo económicos, que se juegan en este momento en Àfrica central son enormes y los crímenes también: recordemos el plan de esterilización de 700.000 hutus. Y Estados Unidos es el protagonista principal de ellos.

Julian Assange filtró las informaciones de Wikileaks a El País y otros cuatro diarios.

En diciembre de 2010 Assange afirmó que estos periódicos no publicaban lo que era realmente importante y, la semana pasada, decidió darlas a conocer a través del periódico noruego Aftenposten y el diario español 20 Minutos que publicaron 5 cables sobre esta causa.

Este lunes pasado, el senador mallorquín Pere Sampol presentó una moción al Gobierno denunciando que los cables de Wikileaks confirman el desprecio por el Auto del magistrado Andreu, la complicidad con el Gobierno ruandés, la sumisión a los deseos de EE.UU., y la protección del Gobierno español a Paul Kagame. Afirmó, además, que ahora se entienden las calumnias de la ONU contra Juan Carrero, el activista mallorquín, impulsor, junto a familias de las víctimas y otras organizaciones, de dicha querella criminal.