El presidente de UM, partido disuelto esta noche(i), junto al secretario general Joan Monjo, llegan esta noche a los juzgados de instrucción de Palma. | MONTSERRAT T DIEZ

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Unió Mallorquina acordó ayer disolverse, romper con el pasado, y denominarse desde ahora Convergència per les Illes Balears. El Consell Nacional decidió disolver UM como entidad política, aunque aprovechará la actual estructura para iniciar el nuevo proyecto político.

UM vivió anoche un momento histórico, un capítulo más en su tormentosa historia reciente. Además de cambiar de nombre, UM también cambiará de sede. Los nacionalistas no quieren seguir en la actual ubicación de la calle Sindicat. A nivel interno, los cambios también son notables. La ejecutiva dimitió anoche en bloque y Melià deberá nombrar a partir de ahora un comité de dirección para afrontar los próximos meses. Por lo tanto, Joan Monjo, Cati Julve y Miquel Munar dejan la ejecutiva, pero podrían formar parte del nuevo comité de dirección.

Comité de Palma

Otra medida drástica afecta al comité de Palma. El Consell Nacional acordó anoche disolver también dicho comité ante las graves acusaciones vertidas sobre el posible uso fraudulento de la estructura de Palma en la «operación picnic». Aunque Melià dejó claro que las posibles irregularidades que se investigan no tienen nada que ver con la actual dirección de UM Palma, el presidente de la ya ex formación uemita cree conveniente «poner orden y claridad».

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La nueva travesía del desierto que inicia la nueva Convergència per les Illes Balears desembocará después de las elecciones del mes de mayo con un congreso para definir el nuevo proyecto.
Todos los cambios acordados por el Consell Nacional fueron aprobados por una amplia mayoría. El 85 por ciento votó a favor, el 7,5 por ciento en contra y etro 7,5 por ciento lo hizo en blanco.
Melià reconoció que en las actuales circunstancias era difícil que UM consiguiese un buen resultado en las próximas elecciones. El pasado viernes fue registrada la sede y ayer eran detenidos los últimos dos presidentes del comité de Palma, Mateu Cañellas y Cristina Cerdó.

El nuevo presidente de Convergència per les Illes Balears reconoció que quizás fue un error no haber cambiado el nombre el congreso celebrado la pasada primavera en Manacor. «UM debe romper con el pasado», insistió Melià.

El dirigente nacionalista aseguró que no habrá problemas para hacer los cambios pertinentes con el fin de concurrir a los próximos comicios. La reunión del Consell Nacional fue tensa y se discutieron todas las posibilidades. La dirección planteó la posibilidad de congelar el nombre de UM hasta las próximas elecciones, aunque también entendía que dichas siglas eran una garantía de fracaso electoral a falta de 80 días para las autonómicas. En la reunión, algunos dirigentes de la part forana se mostraron contundentes a la hora de solicitar cambios drásticos en el futuro de UM. Uno de ellos reconocía que si no se producía un cambio drástico, se iría del partido.

Durante la rueda de prensa, Josep Melià reconocía que el gran activo de la ya ex UM era su estructura municipal, que deberá jugar un papel clave el próximo 22 de mayo.