Antoni Vera, Jesús Murgui, Seabstián Mora y Margalida M. Riutort. | Joan Torres

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Càritas Mallorca atiende mensualmente a una media de 700 personas que necesitan ayuda para sobrevivir, y aunque a finales del pasado año se percibió una estabilización de las demandas, en los dos primeros meses del año la ONG católica ha vuelto a constatar «un crecimiento de solicitudes de asistencia, porque se están acabando las ayudas que daba el Gobierno o las prestaciones con que contaban muchas personas».

Así lo aseguró ayer la secretaria general de Càritas Mallorca, Margalida Riutort, quien reconoció que «nos hemos llegado a sentir desbordados en algunos momentos». A falta de cerrar la memoria de 2010, se calcula que la demanda habrá aumentado ese año cerca de un tercio y se vaticina que 2011 «va a ser aún peor, por la reducción de la protección social». Aunque desde Càritas se reconoce también que «ha crecido la ayuda que recibimos de muchas personas».


El obispo de Mallorca, Jesús Murgui, pudo ser testigo de las penurias que pasan muchas personas en sus recientes visitas a parroquias de barriadas de Palma, «en las que atienden a centenares de personas», afirmó. Murgui destacó el cambio de perfil de los usuarios de Càritas, «pues ahora vienen muchas personas que eran de clase media y que lo pasan mal y tienen vergüenza porque no están acostumbradas a pedir».


Las peticiones más urgentes, concretó Riutort, son un empleo y poder cubrir las necesidades básicas (comida, ropa...) y el mantenimiento de la vivienda.


En este contexto social de «profunda y severa crisis económica y de valores», según describió Sebastián Mora, secretario general de Cáritas Española, Càritas Mallorca celebra este año su 50 aniversario.