Los vecinos y el GOB presentaron ayer la plataforma en la rotonda de la carretera de Sóller. | M. À. Cañellas

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«Me dejan en la ruina. Después de estar construyendo mi casa durante 35 años con todos los permisos, ahora pasan por encima». Así se expresaba ayer Mariano Cano, quien no faltó a la concentración convocada por el GOB y las asociaciaciones vecinales para presentar la plataforma contra la segunda vía de circunvalación de Palma, que el Consell de Mallorca presentó en enero como un proyecto consensuado. Alicía Martín, Angeles Botia, Antonio Reus, Carmen Vivó, Magdalena Hernández o los hermanos Melchor y Antonio Seguí, entre otros muchos, también se verán afectados por las expropiaciones de la vía conectora.

Y es que la autovía de 15 kilómetros y cuatro carriles afecta, según pusieron de manifiesto, a unos 300 vecinos aproximadamente de Son Sardina, Camí des Reis, S'Indioteria, La Real, sa Garriga, sa Cabana y Pla de na Tesa, y supone la destrucción de aproximadamente una quincena de edificaciones, diez o doce según el Departament de Carreteres del Consell en todo el trazado.

Megaproyecto

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«Es un engaño respecto al proyecto que se anunció en 2008. Detrás de la falsa retórica de protección del entorno, se esconde un megaproyecto de vía de gran capacidad», indicó Antoni Reynes, portavoz de la platafarma, quien anunció una campaña de movilizaciones para lograr la modificación del proyecto.

En concreto, la plataforma pide la reconversión de una autovía de cuatro carriles con velocidad de 100 kilómetros por hora en una carretera desdoblada con una velocidad máxima de 80 kilómetros por hora. También reivindica un nuevo trazado para la zona norte de Son Castelló y la rotonda de la carretera de Sóller. «La rotonda es tan grande como el campo de fútbol del Mallorca e invade la zona agrícola. Nuestra alternativa propone disminuir la extensión y no dejar una franja de separación con el polígono de Son Castelló», expuso Tomás Balaguer, presidente de la Asociación de Vecinos de Son Sardina. «La vía conectora no puede morir en el polígono de Can Valero con todo el tráfico de una autovía, sino que ha de ir diversificándose a partir de La Real, si no será un desastre». En este sentido, el colectivo 'Via connectora, així no!' exige la elaboración de un estudio integral de movilidad de la zona.

Ernesto Santamaria, director insular de Carreteres, indicó ayer que el proyecto no es definitivo y todavía faltan informes del Ajuntament y de Medi Ambient. «Entendemos que los afectados son los mínimos y si hay equivocaciones se estudiarán, pero es imposible no afectar a nadie», dijo. «Entiendo que hay un bien superior que es resolver el caos de la rotonda de la carretera de Sóller. Todo lo hecho en el proyecto está argumentado».