Un momento de la bendición de los animales por Sant Antoni en Palma. | Joan Torres

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Un año más de beneïdes de Sant Antoni en Palma, con salida desde la explanada de la Seo y llegada al carrer de Sant Miquel, altura de Sant Antoniet, donde el párroco Antoni Gómez bendice a golpe de hisopo con agua bendita. A su lado, la alcaldesa Aina Calvo, con miembros de su gobierno y también de la oposición, con la ex alcaldesa Catalina Cirer al frente.
Pero a decir verdad, también nos da la impresión de que hay menos gente que en el precedente, y ya no hablames de años anteriores. Y eso que el de ayer era un día radiante, incluso a la sombra. Pero sí, menos gente, de lo cual podría dar fe el párroco si nos cuenta lo que recaudó en las bandejas.
Pero, bueno, eso es lo de menos. Lo de más es que la tradición sigue y seguirá.
Por cierto, no se trata de reprochar nada, sino, más bien, de sugerir algo. Me refiero a la colocación de los fotógrafos y cámaras, notarios de ses beneïdes, que los ubican en tan mal sitio y con tan poca visibilidad, que terminan haciendo fotos entre los que llegan en procesión con los animalitos. Tal vez en otro lugar, tal vez en una tribuna más alta, con más visibilidad... Cualquier sitio, menos en el actual. Lo demás, bien. Pues dicho lo cual, a lo que íbamos. A ses beneides de Palma, en Sant Miquel para ser más exactos. Con la calle a punto, con arena sobre la calzada para que no resbalaran, sobre todo, los caballos, con el público expectante por detrás de las barreras amarillas, con las personas con distintas discapacidades ubicadas en una zona exclusiva para ellos y los de Amadiba en otra, y con el páter y las autoridades en sus sitios, sobre la alargadatribuna, dio comienzo el desfile pocos minutos antes del medio día, encabezado por la Policía Local Montada, seguido por jinetes y amazonas a lomos de preciosos corceles, entre ellos Equs, caballo español, blanco, propiedad de Diego Redondo, que le hizo hacer mil virguerías frente a la tribuna de autoridades, más o menos como las que hizo el halcón harris, llamado Sandi, o el perro de la Conselleria de Medi Ambient, Perdut. Pasaron también para recibir el agua bendita es moix i sa ratera, personajes de las rondaies, y una manifestación contra las corridas de toros promovida por Anima Naturalis, que se quedaron plantados con su gran cartel en el que se veía al toro recibiendo la estocada, a la espera de que el cura les echara la bendición, cosa que no hizo, ante una alcaldesa con cara de circunstancias y, suponemos, el regocijo de un Grosske que este verano se sumó a la protesta de los anti-fiesta taurina.


Humor

La nota de humor la pusieron Els joves de Son Ferriol, que montados en su carroza, unos vestidos de payeses, otros de madona, con rebosillo y todo -y algunos hasta con barba- se hacían una muy particular torrada invitando a los políticos, aunque a decir verdad el único que pilló fue el citado Grosske.
Pasaron a continuación los guardia civiles y bomberos con sus perros adiestrados, así como una pareja de preciosos ponys, y a partir de ahí, el resto, gente de a pie, con sus mascotas, o bien tirando de ellas o bien llevándolas en brazos, mascotas de todo tipo, pero fueron los perros, de raza o callejeros, pequeños, medianos y veteranos, los que predominaron sobre los demás; entre estos, algún que otro gato, un hurón, una tortuga, un par de canarios y poco más, eso sí, todo dentro de un orden. Eché a faltar a nuestra amiga, la de los tres chihuahuas, a la que encontré sentada en una de las zonas reservadas... con su tres chihuahuas sobre el regazo ¡y es que abultan tan poco!
Y hablando de abultar poco, puede que quien más flashes se llevara fuera un yorkshire de dos mese de edad, cuyo dueño llevaba en el interior de la manga de un jersey, a la que había abierto tres agujeros para que pasara por ellos las extremidades del can.
Y pocas cosas más dignas de resaltar. Sobre las doce y media, todo había concluido.