Los pasteleros de las islas no son optimistas respecto a la venta de roscones de este año.

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Los pasteleros de Balears han apuntado que se está registrando una bajada en las ventas de roscones de Reyes, que estiman que podría rondar el 40 por ciento debido a la actual situación de crisis económica, similar porcentaje al que sufrió en general el sector de la pastelería durante todo 2010.

Así lo ha puesto de manifiesto, en declaraciones a Europa Press, el presidente de la Asociación de Panaderos y Pasteleros de Baleares, Miguel Sbert, quien ha incidido en que las ventas «no están siendo muy buenas» aunque ha aseverado que por el momento es pronto para arrojar una cifra definitiva. «Por ahora es una incógnita», ha insistido al respecto.

Todo ello pese al incremento de pastelerías que trabajan el roscón en las islas -algunas de las cuales los reciben de la Península- y a que en años anteriores las ventas se vieron incrementadas de forma notable. En cualquier caso, el responsable de los pasteleros ha apuntado que ya en diciembre de 2009 se empezaron a notar los efectos de la crisis, y durante ese mes se vendieron unos 60.000 roscones, cantidad que esperan alcanzar.

Asimismo, ha recordado que la venta de roscones en el archipiélago es una tradición «relativamente joven», de aproximadamente unos 40 años, por lo que la edad de muchos de los clientes que los compran ronda esa cifra ya que «han nacido con el roscón».

En relación a los precios, ha remarcado que éstos rondan entre los 9 y los 13 euros, dependiendo del local, aunque ha matizado que en el caso de los establecimientos que importan estos productos los ponen a bajo precio y son «bastante reservados» a la hora de incrementarlos «por temor a no venderlos». Y es que, ha agregado, «todo el mundo está asustado con la crisis y por el hecho de que ésta afecte a sus negocios».

Además, a todo ello se añade, tal y como lamenta Sbert, los efectos de la subida del IVA, la electricidad, el azúcar, la harina y otros productos, lo que representa un sobrecoste en la materia prima y el encarecimiento de la fabricación de roscones. Es por todo ello que, asevera, «no nos queda otro remedio» que incrementar precios en los productos en general como medida para afrontar esta subida de costes.