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El Parlament balear celebró ayer el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con una sesión plenaria simbólica, en la que los políticos dejaron sus escaños a los representantes de diversas asociaciones de discapacitados que, convertidos en diputados por un día, plantearon sus reivindicaciones y necesidades.

Intervinieron representantes de Unac (Unión de asociaciones y centros de asistencia a minusválidos), Apfem (salud mental), Asanideso (pluridiscapacidad), Asnimo (Síndrome de Down), Asprom (discapacidad física), ONCE, Aspace (parálisis cerebral), Asociación Balear de Fibrosis Quística, Fsib (discapacidad auditiva), Apnab (trastorno del espectro autista) y la Fundación para personas con discapacidad de Menorca y éstas fueron algunas de las demandas realizadas:

Unac. El presidente de la Unac, Manuel Zafra, fue el más contundente al denunciar, por ejemplo, el incumplimiento generalizado de la Ley que obliga a reservar un 2% de los empleos a discapacitados, o la falta de cumplimiento «reiterada y contumaz» de la Ley de Accesibilidad y Supresión de Barreras Arquitectónica, empezando, dijo, por la nueva Conselleria de Salut, «que es totalmente inaccesible». Lamentó el «injustificable cambio de uso del centro Joan Crespí y exigió a las administraciones que «cumplan y hagan cumplir las leyes que nos atañen».

Asnimo. Elvira Mir denunció que este curso la Conselleria d´Educació ha suprimido, «alegando la crisis económica», la ayuda económica para cofinanciar la Unidad Volante para la Integración, que atienden, desde hace 25 años, a 24 niños en colegios.

Asprom. José Ramón Fullana reclamó «un pacto político que garantice una mínima estabilidad en los programas de atención a las personas con discapacidad», pues «no es de recibo que tras cada elección tengamos que empezar de nuevo».

Aspace. Mariano Pastor consideró «imprescindible que se nos consulte sobre nuestras necesidades, intereses y dificultades».

Asociación Balear de Fibrosis Quística. Daniel Nicolau reclamó el reconocimiento del 33% de discapacidad a los afectados por esta enfermedad genética.

Fsib. Jairo Mosquera demandó intérpretes del idioma de signos en los colegios, en las administraciones públicas y en los lugares de ocio.