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Una condonera, un preservativo femenino, 3 condones masculinos y una taza promocional. Este es el kit de 'supervivencia sexual' que, desde el pasado lunes, y hasta el día 30, reparte el programa SexConsulta de la oficina Palmajove del Ajuntament de Palma en sus oficinas y en la Universitat de les Illes Balears.

La campaña, difundida exclusivamente a través de la web de PalmaJove y de las redes sociales, está siendo un enorme éxito de público, ya que el pasado viernes, antes del comienzo de la campaña, cerca de 4.000 jóvenes se pusieron en contacto con este servicio de Joventut solicitando información. El lunes casi se agotaron las existencias en la oficina de Palmajove y ayer en la UIB el éxito fue aún mayor. La consulta abría sus puertas de 12.30 a 14.30 horas y la cola para pedir información y recoger el kit de prevención sexual daba la vuelta al edificio Cas Jai, donde está ubicado el SexConsulta en la UIB, aunque el servicio volverá a repetirse el próximo miércoles 24 a la misma hora y en el mismo lugar.

Información

Según la sexóloga Llucia Caldés, responsable de la campaña en la UIB, el objetivo es fomentar la práctica del sexo seguro, especialmente entre el colectivo joven. «Lo que queremos dejar claro es que nosotros no somos unos 'reparte-condones'», recalcó Caldés. «Ofrecemos atención afectivo-sexual, damos información, atendemos urgencias, respondemos dudas y damos documentación de manera directa o anónima ( a través del teléfono 971 725 501 o en el correo sexconsulta@a-palma.es )».

Perfil y preguntas

Mujeres entre 17 y 20 años, estudiantes y con pareja. Este es el perfil del usuario que pasa por el servicio SexConsulta de la regiduría de Joventut. «Vienen más mujeres porque se dejan ayudar más», señala la experta Llucia Caldés. Las preguntas más comunes: dudas sobre métodos anticonceptivos y preguntas sobre dificultades a la hora de tener relaciones sexuales. Lo que tiene claro la sexóloga es que programas como la SexConsulta son muy importantes porque la educación sexual en el país es muy pobre. «Ninguna pregunta me sorprende, he oído de todo y lo que más me preocupa es que estén tan poco sensibilizados y crean que a ellos no les puede pasar nada».