Imagen de archivo de Antonio Salvá, padre de Diego, asesinado por ETA en Mallorca.

TW
35

Antonio Salvà, padre de Diego Salvà, uno de los dos guardias civiles asesinados el pasado año por ETA en la localidad mallorquina de Palmanova, ha subrayado que la salida de la cárcel de presos de ETA, «nos hace más víctimas a las víctimas», refiriéndose así al caso de Txelis, que podrá salir de la prisión varias horas al día, tal como ha aprobado el juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro.

Salvà ha hecho estas declaraciones a Europa Press el mismo día en el que ha enviado una carta abierta al presidente del Gobierno central, José Luis Rodríguez Zapatero, a través de varios medios de comunicación en el que le recuerda la conversación que mantuvo con él tras la muerte de su hijo en la que Zapatero se comprometió a que los asesinos de Salvà y Carlos Sáenz de Tejada no se cruzarían en la calle con los familiares de las víctimas, dado que serían encarcelados y no saldrían a la calle.

Sin embargo, ha dicho que le provoca «muchísima preocupación» medidas como la aplicada a Txelis, al tiempo que ha subrayado que si salen a la calle, se tendría que tratar a las víctimas del terrorismo como a las mujeres maltratadas, de manera que hubiese una orden de alejamiento, según la cual los asesinos de ETA no pudieran acercarse jamás a las víctimas.

«Es demasiado duro cruzarse con ellos», ha remarcado, al tiempo que ha manifestado que el fin de ETA «no lo desea nadie más que nosotros». Sin embargo, ha advertido de que la «clave» de todo el proceso del fin de la banda terrorista es acabar con la «escuela de odio» que existe en algunos sectores del País Vasco.

Por otro lado, ha considerado que cualquier tipo de negociación con ETA será una «gran equivocación», dado que, a su juicio, sus miembros son «gánsters», tal como, en su opinión, se puso de manifiesto en la última tregua de la banda, que concluyó con la bomba en el aparcamiento de la T-4 en Barajas.

Así, ha dicho que la única salida es que los integrantes de la banda terrorista «dejen las armas y pidan perdón», al tiempo que se acaba con la «fábrica de hacer etarras» que existe, a su entender, en algunos sectores del País Vasco.