El acto, al que han acudido varias autoridades, supone el comienzo del derribo del hotel, situado en Platja de Palma. | S. Amengual

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El Consorcio de Playa de Palma ha iniciado hoy la que es su primera actuación del plan de reconversión ideado para esta zona turística de Mallorca, con el derribo de un hotel en S'Arenal de Llucmajor, que pasará a ser una zona verde y supone el primer paso de reforma de toda la manzana en la que se ubica.

Así lo ha manifestado en declaraciones a los periodistas la comisariada del Consorcio, Margarita Nájera, quien ha presenciado el acto de inicio de las obras de demolición de la mano del presidente del Govern balear, Francesc Antich, y ante las principales autoridades de Llucmajor y Palma y una comisión de turismo conformada por parlamentarios alemanes.

Los miembros de esta comisión han manifestación su interés por el proyecto y por poder trasladar esta experiencia de reconversión turística a su propio país, así como informar del potencial de innovación que se está demostrando en las islas.

El hotel cuyo derribo se ha comenzado hoy llevaba ocho años vacío

y está ubicado en la calle Maria Antonia Salva, una zona sin espacio entre edificios que obligará a que la demolición se haga de forma completamente manual y suponga un coste de unos 600.000 euros.

La superficie del hotel es de unos 2.217 metros cuadrados sobre una parcela de 316 y permitirá abrir un acceso de la calle al gran patio interior que ahora conforman todos los edificios de la manzana, entre ellos, el hotel Saga, que también se reconstruirá y que está lleno de maleza y uralita actualmente.

El objetivo es que tras la actuación del Consorcio, la zona cuente con un jardín central que una las calles Maria Antonia Salva y Berga.

Los trabajos del Consorcio no acaban aquí y han permitido avanzar en las negociaciones con otra docena de hoteles que, como el que hoy se ha comenzado a derribar, están en un estado «muy caduco» y que se comprarán con el fin de reformar su entorno, ha dicho Nájera.

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Sin embargo, estas negociaciones no se han cerrado todavía ya que, según ha apuntado la comisariada del Consorcio, los propietarios de los hoteles -algunos de los cuales están cerrados- han puesto precios demasiado altos que deberán debatirse a la baja.

El presupuesto que manejará el Consorcio rondará el año que viene los «cien millones y pico de euros», según ha adelantado Nájera, quien ha asegurado que su partida no se verá alterada con respecto a la de este año, lo que le permitirá continuar con los trabajos que actualmente tiene abiertos.

El presidente del Govern ha incidido en la voluntad firme de sacar adelante este proyecto «básico» para el motor económico de Baleares, el turismo, y que servirá de ejemplo para toda España.

Ha reconocido que es un proyecto complejo en el que confluyen muchas sensibilidades pero es necesario que la gente vea que se están «haciendo cosas».

Antich se ha comprometido con todos los vecinos a que las cosas se harán con las máximas garantías de seguridad y ha asegurado que si las actuaciones de reforma, reconstrucción o derribo hacen preciso el realojamiento temporal de afectados esto se buscarán soluciones.

Margarita Nájera ha insistido en este aspecto, en que el mayor esfuerzo que está haciendo el Consorcio y que se recoge en el plan de reconversión es el de la apuesta por la rehabilitación de las viviendas que componen el entorno de los hoteles de la Playa de Palma.

Respecto a la oposición que han manifestado los hoteleros ante la reducción de plazas hoteleras que contempla el plan, Nájera ha considerado que hay «un doble discurso": unos han empezado el proceso de remodelar sus hoteles, de pensar en el futuro con nuevas instalaciones y otros que apuestan por el «déjame como estoy».

«Nos queda mucho que reflexionar y mucho que compartir», ha reconocido Nájera, quien ha tranquilizado al sector de la zona asegurando que los hoteles de primera línea no tendrán que retranquear sus fachadas por el plan de reconversión, solo si esos hoteles se derribaran y se volvieran a hacer.