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La oferta de agroturismos de Mallorca, una de las más valoradas por los grupos turísticos europeos y mayoristas españoles por su relación calidad-precio e infraestructura, acabará la temporada con unos ratios de productividad y ocupación muy similares a los de 2009. «La crisis se ha notado, pero el comportamiento de los mercados ha sido bueno al final, aunque ha variado la ocupación y ratios de produtividad según el tipo de establecimiento que hablemos, ya que no hay ninguno igual, de ahí que hablar de ocupaciones medias sería erróneo. Dentro de la nueva estrategia que se ha marcado la junta directiva, la principal novedad será acercar nuestro oferta hotelera de turismo de interior a los residentes, de primavera a septiembre, para lo cual se arbitrarán precios especiales. Ello nos permitirá tener abierto más tiempo los establecimientos y mejorar su rentabilidad», señala el presidente de la Associació Agroturisme Balear, Joan Bonnin.

La Associació Agroturisme Balear engloba en la Isla a unos 120 asociados, pero en su conjunto hay operativos 242, cifra que oscila de un año para otro según las bajas que se produzcan. «Esta cifra es la ideal, aunque se podría llegar a los 250 establecimientos. Más allá, estaríamos hablando de masificación de una oferta que ha logrado posicionarse en todos los mercados y operar bajo todos los sistemas de comercialización», apunta.

Esta oferta, catalogada en agroturismos, turismos rurales y hoteles de interior (ver gráfico adjunto), lleva operando en la Isla desde 1989, supone entre el 1,5 y 2% del número de plazas de Mallorca y el 15% en el comparativo de establecimientos. «Disponemos de oferta de montaña, interior de la isla y en las zonas de playa, de ahí que abarcamos todo el abanico y podemos decir que somos 120 realidades diferentes».

Bonnín indica que las nuevas tecnologías han supuesto un revulsivo en materia de comercialización. «En estos momentos se comercializa directamente en un 70% la oferta de agroturismo, siendo el 30% restante controlado por los touroperadores».
Por mercados, el turismo alemán supone el 40% del total, el británico un 25%, el español un 15%, estándo distribuido el resto entre suizos, austríacos, holandeses, franceses y escandinavos. «El poder adquisitivo de nuestros clientes es medio-alto y apuesta por una oferta que da una excelente gastronomía, de ahí el alto porcentaje de turismo repetitivo que tenemos cada temporada. Al margen de esto, nuestra oferta de alojamiento ha supuesto un revulsivo para el campo mallorquín, ya que los agroturismos han tenido un efecto contagio en su entorno, dinamizando los núcleos urbanos y teniendo un efecto revitalizador en todos los subsectores de la industria agropecuaria isleña.