La Platja de Palma tendrá durante toda la primera quincena de octubre una ocupación hotelera media del 75%. En la imagen, aspecto de la Platja de Palma ayer. | M. À. Cañellas

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La evolución positiva del turismo alemán ha salvado el final de la temporada turística en Mallorca, principalmente en septiembre y en lo que llevamos de octubre, circunstancia que ha propiciado que los niveles medios de ocupación hotelera estén siendo sensiblemente superiores a los de 2009, según indica la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM).

«El mercado alemán ha salvado el final de la temporada. En septiembre mejoramos en 8 puntos los niveles de ocupación hotelera (ver gráfico adjunto), pero ello no se ha reflejado en una mejora de la rentabilidad empresarial, ya que han proliferado las ofertas y descuentos de todo tipo, que han oscilando entre un 10 y 30%. En precios estamos en los niveles de principios de 2000, mientras que los costes han seguido aumentado de forma progresiva en estos últimos años», explica la presidenta de la FEHM, Marilén Pol.

La patronal hotelera indica que octubre está teniendo un comportamiento «raro», aunque hay zonas, caso de la Platja de Palma, que tienen en estos momentos ocupaciones de hasta un 75%, «gracias al turismo alemán».

En el resto de zonas que operan con el mercado alemán, caso de Cala Millor, Peguera o Alcúdia-Can Picafort, el final de temporada está siendo mejor en comparación con el pasado año, «aunque es cierto que depende del producto hotelero que se tenga, ya que los ratios de ocupación son muy variables. Y es cierto que las ofertas son generalizadas, ya que es la única forma de poder captar turistas en estos meses».

Balance de la temporada

Todas las zonas turísticas de Mallorca coinciden en señalar en que si el aumento de visitantes ha sido superior, «la rentabilidad empresarial no ha mejorado a nivel general, lo cual es más que preocupante para lo que se avecina en este invierno, que se presenta más complicado que nunca».

Dentro de estos vaivenes, ha habido zonas en que el turismo británico ha salvado, curiosamente, este final de temporada, como así ha sucedido en Cala Bona, como apunta el presidente de la zona hotelera de Cala Millor, Pere Cañellas.