Manifestantes reunidos en el exterior del hospital. | Jaume Morey

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Miembros de la plataforma Salvem la Real, apoyados por asociaciones y sindicatos, se concentraron ayer frente al Hospital de Son Espases para dejar patente su oposición al Govern, que ayer presentó la nueva infraestructura. «Vergüenza» gritaba el reducido grupo por lo que denominaron una operación de «travestismo político».

Así, los manifestantes recibieron al president Antich y al conseller de Salut i Consum, Thomàs, con gritos de «traidores; no tenéis vergüenza».

Pep Juárez, portavoz del sindicato CGT denunció que los miembros del Govern del Pacte de Progrés «por un par de votos se pusieron detrás de la pancarta 'Salvem la Real' y ahora los han pasado a la pancarta del 'Hacemos el trabajo sucio de los corruptos del PP».

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Juárez garantizó que la opinión pública «no olvidará las incoherencias de un Govern que se somete a los intereses privados».
Nuevo modelo de gestión.

Asimismo, aseguró que Son Espases supone un cambio en la concepción del servicio público en sanidad ya que «están privatizados todos los servicios que no son estrictamente sanitarios».

Juárez añadió: «Está comprobado que en este tipo de hospitales, como en Madrid, el ratio de sanitarios por población es bastante menor que en el modelo de gestión hospitalaria que había mantenido Son Dureta».