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Desde hoy se instalará en el aparcamiento de Son Fusteret, con una extensión de 9.000 metros cuadrados -la mitad del espacio disponible-, el baratillo de productos de segunda mano y oportunidades que tradicionalmente se venía instalando en las calles adyacentes al tramo final de las Avingudes, en las inmediaciones de la plaza de Llorenç Bisbal.

La concejal responsable de Salut i Medi Ambient, Begoña Sánchez, explicó que la medida pretendía resolver «las quejas de los vecinos de la zona, así como antender el incremento de la demanda de puntos de venta», que en los últims años se había duplicado hasta alcanzar las 400 solicitudes. La edil también destacó las ventajas que supone el traslado a Son Fusteret del mercadillo de cara a la descongestión del tráfico en la zona de las Avingudes.

Ampliación

Los compradores que acudan desde hoy a Son Fusteret podrán acceder a una oferta más amplia de puntos de venta. En concreta se han habilitado 180 puestos gratuitos para personas con dificultades económicas que venden productos de segunda mana, los cuales se añaden a los que se ofrecen a los vendedores esporádicos y para cuya solictud tienen que llamar al 010. Por último, también se instalarán un total de 50 vendedores de carácter permanente, profesionales de productos alimentarios y no alimentarios. Entre ellos se cuentran los especializados en la venta de muebles y objetos antiguos, con una larga tradición en este tipo de mercado.

Otra de las novedades que ofrecerá el traslado a Son Fusteret, con acceso directo por medio del metro y la línea 10 de la EMT, es que el nuevo mercadillo también incluirá una oferta de productos alimentarios -fruta, verdura, panadería, embutisdos, ...-, el cual sólo podrá ser explotada por profesionales. En horario del nuevo rastro se prolongará entre las 8 y las 14 horas.

La concejal aseguró que «el traslado del baratillo obedece a una necesidad, no se plantea como una compatencia a otros mercados similares y próximos a Palma, como en Consell y Calvià». Sánchez recordó que la Policía Local vigila el recinto y la procedencia de los productos que se ponen a la venta para evitar operaciones ilícitas.