PALMA - CELEBRACION DEL BOTELLON EN EL PASEO MARITIMO DE PALMA | cRISTIÁN CASTRO

TW
1

Los vecinos del barrio de Son Armadans ya se lo temían y se está cumpliendo. Tras casi dos meses de restricciones para hacer botellón en el Passeig Marítim de Palma, los vecinos de esta barriada alertan de que muchos jóvenes están 'trasladando la fiesta' a zonas menos concurridas por la presión de la policía.

Según el presidente de la Asociación de Vecinos de Son Armadans, Tomeu Berga, «el problema del botellón siempre lo hemos tenido en el barrio pero en los dos últimos meses hemos notado el aumento en la zona de Son Armadans. Era algo que nos temíamos cuando empezaron las manifestaciones de los comerciantes y vecinos del Marítim y ya avisamos a la alcaldesa de que podía ocurrir», señala indignado.

Contencioso

Según el presidente de la Asociación de Vecinos, la presión en el Passeig Marítim repercute en calles como Pilar Juncosa, Almirall Gravina o la plaça del Almirall Churruca en Son Armadans, y en los alrededores como Gomila. «Cada vez hay más coches aparcados de mala manera, con las ventanillas bajadas y jóvenes bebiendo hasta altas horas», dice Tomeu Berga.

En este sentido, Berga ha señalado que los vecinos de la zona presentarán un contencioso administrativo contra el Ajuntament de Palma como respuesta a la demanda que presentaron el pasado mes de abril ante el «abandono» que sufre Son Armadans por parte de Cort. «No queremos, de ninguna manera, que nuestro barrio se convierta en la zona cero del ruido para limpiar el Passeig Marítim. Lo que hay que hacer con el botellón es prohibirlo de una vez por todas y acabar con estas imágenes que dañan seriamente la imagen de la ciudad», recalcó Tomeu Berga.

Por otra parte, varias entidades contrarias al anteproyecto de la ordenanza reguladora del 'botellón' presentaron ayer un escrito para reclamar al Consistorio palmesano que retire esta norma, al entender que el texto, aprobado por unanimidad y de manera inicial el pasado 30 de julio en el pleno municipal, «no responde a los intereses de la ciudadanía» sino más bien a las «presiones» de los propietarios de los establecimientos de ocio, que, a su juicio, «sólo persiguen su beneficio».

Según estas organizaciones, la prohibición de la ingesta de alcohol en la vía pública «sólo sirve para criminalizar a unos jóvenes que consumen drogas legales» y que, según han recordado, «sólo buscan pasárselo bien».