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La alcaldesa de Palma, Aina Calvo, ha transmitido un mensaje de «calma y tranquilidad» a los residentes en Can Pastilla ante la indignación mostrada por los vecinos tras conocer que el proyecto de reconversión de la Platja de Palma contempla la expropiación y demolición de 91 viviendas de esa zona para su esponjamiento.

Así se pronunció la primera edil tras realizar una visita en el Colegio público Marian Aguiló, donde recordó que el proyecto se encuentra en fase de exposición pública, durante la que todo aquél que quiera puede manifestar su opinión en relación al desarrollo del proyecto en su planificación actual.

En este sentido, Calvo ha señalado que al Ayuntamiento «le gustaría que el periodo (de exposición pública) se alargara», si bien ha insistido que el consistorio «escuchará y atenderá» todas las alegaciones manifestadas por los vecinos.

La alcaldesa reconoció que el proyecto de embellecimiento de la Platja de Palma «afecta a mucha gente» y el Ayuntamiento optará por la postura que sea «más favorable» para un mayor número de personas.

Aunque eludió pronunciarse sobre la origen de la polémica, el derribo de 91 viviendas, la alcaldesa reiteró que en esta fase de exposición pública, que se prolongará durante dos meses, la intención del ayuntamiento es «reconducir y respetar la voluntad de los vecinos».

Indignación

Crece la indignación de los vecinos de la Platja de Palma por el proyecto de reforma de la zona. Anoche, se reunieron alrededor de doscientos cincuenta en la antigua capilla de la iglesia de s'Arenal para «presentar alegaciones en masa y preparar un calendario de movilizaciones», según explicó Enric Salvà al finalizar la reunión. Minutos antes se había constituido una plataforma en la que están integrados «todas las zonas, desde Can Pastilla hasta s'Arenal de Llucmajor para defender el patrimonio económico, comercial y sentimental de los vecinos. Mantenemos una oposición frontal al proyecto», comentó Salvà, portavoz de la plataforma.

«La gente apoya la rehabilitación de la Platja de Palma, pero no quiere demoliciones», aseguró Salvà, el cual comentó que al encuentro había asistido la vicepresidenta del Consell, Joana Lluïsa Mascaró (PSM), «a título personal».

Vecinos de la calle Trobadors también mantuvieron ayer un encuentro y acordaron presentar más alegaciones. «La gente aquí está muy nerviosa, estamos indignados ya que nadie nos había dicho nada de que estábamos afectados por el proyecto», comentó Joan Femenias.

Concejal

El concejal de Movilidad y teniente de alcaldesa, José Hila, insistió ayer en que el Ajuntament de Palma tiene «la última palabra» sobre el proyecto de reforma de la Platja de Palma, puesto que tiene que emitir «un informe vinculante» que debe ser aprobado por el pleno respecto al mismo.

Hila hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en la que quiso transmitir un mensaje de «tranquilidad» a los vecinos al asegurar que «si hay que rectificar, se rectificará, y si hay que cambiar aspectos del proyecto, se cambiarán».

El concejal se refirió así a la preocupación de los vecinos que residen en una zona de Can Pastilla de 91 viviendas que el Plan de Reconversión inicial prevé expropiar y derruir para esponjar la zona. En cualquier caso, Hila insistió en que cuentan con dos meses, lo que dura la fase de exposición pública, para buscar «el consenso» entre todas las partes implicadas, razón por la que no anunciarán su postura hasta que se llegue a un acuerdo. «Si no tenemos consenso en un proyecto tan complejo, será muy difícil llevarlo adelante», aseveró el concejal de Movilidad.