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La Patrulla Verde de la Policía Local de Palma ha precintado en lo que va de verano un total de 62 locales de noche por exceso de ruido, no cumplir los horarios de cierre o por trabajar sin la licencia reglamentaria.

Gomila, el Passeig Marítim, Cala Major y las calles del Jamón y la de la Cerveza en el Arenal son las zonas donde más denuncias y actas se levantan, según Gabriel Lacombe, oficial de la Patrulla Verde. «Gomila y el Passeig Marítim son las zonas más problemáticas, sin duda, porque están abiertas todo el año y la gente sale igual; y en verano se unen Cala Major y dos calles específicas del Arenal, como son la calle del Jamón y la de la Cerveza, aunque hay que dejar claro que todas y cada una de las barriadas de Palma cuentan con algún local que ha sido multado por problemas de ruido o de cierre, no falla ninguno», señala Lacombe.

Multas entre 300 y 600.000 euros

La Patrulla Verde cuenta en la actualidad con 17 agentes y 2 oficiales trabajando en todo el término municipal de Palma respondiendo a las denuncias y abriendo actas tras la inspección del local e investigar la presunta infracción. Las más numerosas pasan por sobrepasar el ruido permitido en el local, cerrar el establecimiento más tarde de la hora fijada o realizar algún tipo de actividad que no consta en su licencia.

El verano es la época en la que más trabajan, 62 locales precintados desde junio hasta el pasado fin de semana, a los que hay que sumar nueve precintos de los equipos musicales al no contar el local con permiso para poner música; mientras que desde enero hasta mayo han sido solo 27 precintos. Un dato, según el oficial Gabriel Lacombe, «en consonancia con en estas fechas estivales y datos parejos a otros veranos».

Las multas por exceso de ruido o sobrepasar el horario de cierre supone para los locales desembolsar, como mínimo, entre 300 y 600 euros y el cierre del establecimiento entre 1 y 3 días. «Todo depende de si es repetidor y si responde bien a la denuncia», señala el oficial, aunque también afirma que, muchas veces, «a los locales les interesa pagar la multa y seguir trabajando, si saben la caja que hacen muchas veces les da igual pagar».

La multa más alta que se puede imponer se refiere a problemas de seguridad como superar en un 40% el aforo máximo permitido en el local, lo que equivaldría a una multa de entre 60.000 y 600.000 euros, aunque en Palma esta sanción no se ha impuesto nunca por el momento.