TW
0

La bióloga norteamericana Rebecca Greenberg ofreció ayer en el Palma Aquarium una conferencia sobre el trabajo que ha estado realizando la Fundación Oceana para controlar la situación de los tiburones en el mar Mediterráneo. Licenciada en Estudios del Medio Ambiente por la Universidad de Virginia (EEUU), Greenberg cuenta con un máster en Ciencias del Mar por la Universidad de Miami (EEUU). Además, ocupa desde hace más de cuatro años el cargo de responsable de la Campaña de Conservación de Tiburones de la Fundación Oceana en Madrid, siendo su principal cometido el seguimiento de la regulación pesquera europea y la protección de especies amenazadas.

-¿Puede explicarnos por qué se tiene una imagen tan negativa de los tiburones?

-Seguro que la imagen que dio la película 'Tiburón' de Steven Spielberg hizo mucho daño, pero no es así. Tenemos mucho miedo a los tiburones, pero son animales bastante vulnerables. Por poner una cifra: cada año mueren unas cinco personas en el mundo por ataques de tiburón, mientras que el volumen de ejemplares pescados asciende a unos 200 millones. En realidad, la amenaza somos nosotros.

-Según informes de Oceana, hay varias clases de tiburones en peligro de extinción ¿qué ha ocurrido para que hayamos llegado a esta situación?

-La verdad es que históricamente la captura de tiburones no era importante, pero desde hace unos 30 años se ha producido un enorme aumento, especialmente por el elevado valor de sus aletas, que puede llegar a 500 euros el kilo en el caso de algunas especies muy valoradas en las cocinas asiáticas; y la carne, por ejemplo, puede venderse a 12 euros el kilo. Es un negocio redondo para algunos.

-En Balears y en el Mediterráneo en general, ¿cómo está la población de tiburones?

-El Mediterráneo se ha convertido en el lugar más peligroso del mundo para estos peces. Un dato: el 40% de las especies de tiburones y rayas del Mediterráneo están en peligro de extinción por la contaminación, la destrucción de sus hábitats y la pesca, accidental o intencionada.

-Según Oceana, los barcos españoles lideran la flota europea de captura de tiburones, ¿han notado algún cambio en su actitud?

-Pues sí, las autoridades españolas, que hace cuatro años no reconocían la pesca de tiburones por parte de la flota española, ahora son las más activas a la hora de proponer medidas restrictivas. De hecho, España ha prohibido la pesca del tiburón martillo y el tiburón zorro y ha adoptado medidas para tratar de erradicar la práctica ilegal del aleteo, consistente en cortar las aletas de los peces capturados y volver a echarlos al mar.

-¿Qué hace falta para controlar esta situación?

-Necesitamos una regulación como la que tiene el atún rojo. Un control del tamaño de las piezas; crear restricciones temporales y zonas de cierre donde puedan reproducirse. Por ejemplo, según un estudio de la Dirección General de Pesca en la Lonja de Palma en 2007, el 80% del mussol pescado era inmaduro.