Momento en el que recibe el velo, signo de consagración.

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Emotivo acto de profesión simple de Miryam Pérez Martín a la orden Canonesa Regular Lateralense de San Agustín, ayer en la iglesia de Santa Maria Magdalena de Palma.
Miryam Pérez, natural de Cáceres, Extremadura, acabó ayer su periodo de noviciado y celebró la ceremonia de profesión simple, acto en la que es aceptada por la comunidad de las monjas agustinas tras aceptar los votos de obediencia, pobreza y castidad. Votos que deberá ratificar, ya de forma solemne, dentro de tres años, cuando pasará a ser monja de la citada comunidad.
La ceremonia estuvo presidida por el fraile capuchino Fray Luis Arrom, acompañado por varios concelebrantes.
En la ceremonia se le entregó el velo negro, signo de consagración a Dios; el Libro de la Liturgia de las Horas, el Libro de la Regla y Constituciones de la familia Canonical y el roquete (vestidura blanca de tejido muy fino que cubre el vestido) signo de dedicación al culto divino.
A la ceremonia asistió la familia de Miryam Pérez, que en todo momento se mostró muy emocionada.
Fray Luis Arrom destacó la dureza de la vida contemplativa: «No es el jardín de la Iglesia», dijo.
Por el contrario, aseguró que la lucha interior es «radical».
Asimismo, recordó la importancia de tener como modelo a Santa Catalina Thomàs en los momentos difíciles.