TW
1

Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) lamentó ayer, a través de un comunicado, la «irresponsabilidad» del sindicato de controladores aéreos USCA, al poner en duda la seguridad del tráfico aéreo en Balears. «Las falsas acusaciones de USCA siembran la inquietud entre los ciudadanos y perjudica la imagen de Balears como destino turístico», afirma AENA.
El ente público sale, de este modo, al paso de la denuncia realizada por miembros de la Union Sindical de Controladores Aéreos (USCA) del Centro de Control y Torre de Control de Son Sant Joan, que alertaban esta semana de merma de seguridad por falta de personal.
Seguridad aérea
AENA, al respecto, puntualiza que «la seguridad del tráfico aéreo en España está fuera de toda duda. Para AENA es el primer objetivo y todas las decisiones operativas o de organización del trabajo se toman salvaguardando siempre la seguridad».
Para AENA, en un momento de recuperación del tráfico aéreo, con buenas perspectivas para el verano, «acusaciones infundadas poniendo en duda la seguridad de nuestros aeropuertos, pueden causar serios perjuicios económicos a la sociedad balear, en general, y al sector turístico, en particular».
Desde AENA se añade que que el Real Decreto Ley aprobado el 5 de febrero sobre las funciones de los controladores que critica el sindicato USCA, «en modo alguno supone una merma en la seguridad, sino al contrario sienta las bases para garantizar la prestación del servicio de un modo continuado, eficiente y corrige las graves ineficiencias que se venían arrastrando desde hace muchos años»
Además recuerda que este Decreto y la posterior Ley recibieron el apoyo mayoritario del Parlamento y han sido refrendados por la Audiencia Nacional.
Este tribunal, añade AENA, rechazó la petición de USCA de presentar un recurso de inconstitucionalidad, «a la vez que legitimó las acciones emprendidas por el Gobierno para solucionar una situación -las condiciones de trabajo de los controladores- claramente lesiva para el interés general».
Fuentes de AENA insisten en criticar la «irresponsabilidad» de los controladores simplemente para anteponer sus intereses laborales sobre los generales.