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La iglesia dels Socors de Palma acogió ayer la tradicional bendición de rosas con motivo de la festividad de Santa Rita, abogada de las causas perdidas. Desde las 7.30 horas a las 21.30, el goteo de fieles que acudió al templo fue incesante.
La veneración a Santa Rita de Casia en Mallorca se remonta a la gran influencia de las órdenes agustinas que se establecieron en la Isla. Básicamente en el Convent del Socors, en Palma, y en el Convent de Sant Agustí de Felanitx.
Más adelante, tras la desamortización de Mendizábal, fueron las órdenes de monjas agustinas, como Santa Mónica, quienes mantuvieron viva la tradición de venerar a la patrona de las causas imposibles.
A principios de siglo XX, en 1917, los frailes agustinos «abrían las puertas del Socors a las cuatro y media de la madrugada cuando llegaban los carros llenos de fieles desde todos los pueblos de Mallorca», explicó ayer el rector de la parroquia, fray Jesús Miguel, quién quiso agradecer la colaboración de la cofradía Cruz de Calatrava, encargada de organizar la «maratoniana» jornada, como la calificó el presidente de la hermandad más antigua de Palma, Pep Serra.
A las 19.00 horas tuvo lugar la misa concelebrada por la comunidad de padres agustinos, presidida por el deán de la Seu, Joan Darder.
Salud, trabajo y ...
«Mi sobrino está enfermo», «un familiar está sin trabajo»... Son tan sólo un ejemplo de las numerosas razones que mueven a tantas personas al Socós (como suena).
Santa Rita, nacida en el año 1381 en Roccaporena, cerca de Casia, pidió una rosa poco antes de morir. La crudeza de aquel invierno hizo impensable cumplir el deseo de esta mujer, casada con un hombre perverso, viuda tras ser éste asesinado y, finalmente, monja.
Finalmente, y contra todo pronóstico, al paso del jardín de su casa en la Umbría italiana, la nieve dejó ver una hermosa rosa. La leyenda medieval cuenta que, como todas, iba cargada de espinas.
Este año, la novena que precede a la celebración de Santa Rita, ha contado con una gran asistencia, destacó fray Jesús Miguel. «Unas 150 personas se han dado cita en el Socors, una devoción tan arraigada como la del Crist de la Sang».