Aldededor de medio millar de personas se han concentrado en la Delegación del Gobierno de Palma. | Joan Torres

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Más de medio millar de personas -alrededor de 1.000 según los organizadores- se concentraron ayer, frente a la Delegación del Gobierno en Palma, contra el plan de ajuste del Gobierno para reducir el déficit público y que contempla la reducción del sueldo de los funcionarios y la congelación de las pensiones.
En la concentración, organizada por los sindicatos UGT, CCOO, CSI-CSIF, con el apoyo del STEI-i y los sindicatos de policía SUP y UFP se oyeron muchos gritos de «Zapatero, dimisión» , mientras que se podían leer pancartas con los lemas: 'No recortes salariales. No recortes sociales' o 'En defensa de la sanidad pública no a los recortes de empleo'.
Los representantes de los sindicatos en el área de Función Pública, Baltasar Piñeiro (CCOO), Aurelio Martínez (UGT), Andreu Bou (CSI-CSIF) y Sebastià Serra (STEI-i) coincidieron en su critica a la imprecisión de los recortes, «un día dicen una cosa y al día siguiente otra, no se aclaran ni ellos», afirmó Bou.
Una de las cosas que más indignó ayer a las organizaciones sindicales tras la reunión de la Mesa General de la Función Pública, celebrada en Madrid, fue la actitud de la secretaria de Estado de Función Pública, Consuelo Rumí, quien dijo a los representantes de los trabajadores que escucharan la radio para conocer los detalles de estas medidas «las palabras de Rumí son una declaración de guerra», afirmó Bou.
Mientras, Aurelio Martínez y Baltasar Piñeiro coincidieron en afirmar que el Gobierno «da una imagen de improvisación y desconcierto total en este país».