Empleadas de la clínica, visiblemente emocionadas. | Jaume Morey

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Los 90 empleados de la Clínica Bellver (antigua Clínica Femenías) abandonaron ayer sus puestos de trabajo emocionados, pero manteniendo el carácter reivindicativo de los últimos meses en los que han hecho frente al cese de la actividad del centro y al hecho de estar hasta cinco meses sin cobrar sus salarios.
Los trabajadores de la clínica han decidido demandar a la empresa Piqalba Propetiers, gestionada por Ucogrup, por despido tácito para poder cobrar la prestación por desempleo mientras resuelven el contencioso con la familia Alba que les permita poder cobrar los salarios que se les adeudan.
Antonia Pedreño, delegada de la Federación de Sanidad de CCOO, afirmó ayer que «aunque hemos intentado no emocionarnos más de uno ha llorado».
Gente como Pedreño, que llevaba 27 años trabajando como auxiliar de enfermería, primero en la Clínica Femenías y ahora en la Bellver, reconocen que «no he podido aguantar la emoción, llevo casi toda mi vida trabajando aquí».