El obispo, Jesús Murgui, presidió la Vigilia Pascual en la Seu. La ceremonia comenzó a las 20.00 horas en el exterior del templo, donde se llevó a cabo el encendido del Cirio Pascual | J. Lladó

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Numerosas parroquias de la Isla celebraron ayer la Vigilia Pascual, el tránsito de la muerte a la vida o resurrección de Cristo. En la noche del Sábado Santo, considerada eje de la fe cristiana, se renuevan todos los elementos que intervienen en la liturgia, símbolo de la renovación.
Así, en el exterior de las iglesias se lleva a cabo la bendición y encendido del Cirio Pascual, junto con el agua, óleos y demás elementos que intervienen en la liturgia y en la administración de los sacramentos.
Comienza aquí la Pascua florida que concluirá en Pentecostés, segunda Pascua o Pascua granada. Un ciclo que se cerrará en siete semanas y que simboliza la victoria del bien frente al mal cuando el Espíritu Santo desciende sobre los Apóstoles.