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La polémica por las supuestas filtraciones de información de la declaración entró ayer de lleno en el 'caso Palma Arena'. A primera hora de la mañana, la jornada se inició con una protesta por parte del abogado de Matas, Rafael Perera. El letrado denunciaba la posibilidad de que existieran «artilugios tecnológicos» en el interior de la sala en la que se celebra la vista. El tema se arrastraba desde el primer día, cuando, al parecer, un letrado presente en la sala tenía un teléfono móvil encendido durante la declaración de Fernando Areal, cuñado de Matas. Ayer el letrado incluso insinuó la posibilidad de que hubiera cámaras ocultas. La protesta de Perera llevó al juez a tomar la decisión de cambiar la sala donde se celebra la sesión antes de comenzar los interrogatorios. De esta forma, tuvo que ser transportado todo el complejo sistema de grabación de las sesiones a otra dependencia judicial de la misma planta, apenas a unos pocos metros.
En la reanudación de la sesión, por la tarde, el reprendido fue el letrado Rafael Perera. El juez José Castro reprochó al abogado sus quejas sobre las filtraciones, cuando él mismo realizaba de forma habitual declaraciones a los medios de comunicación, como había hecho durante la mañana para denunciar la presencia de «artilugios».