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Los mallorquines no se decantan con claridad respecto al futuro gobierno en el Consell de Mallorca, toda vez que un 38,3 por ciento de los consultados es partidario de un gobierno en minoría del Partido Popular, una ligera ventaja respecto a la continuidad de la coalición de PSOE y Bloc, bajo la presidencia de Francina Armengol, que defiende un 35,8 por ciento de los encuestados. Éste es uno de los datos más relevantes del informe realizado por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) en exclusiva para Ultima Hora sobre la crisis institucional en el gobierno insular tras la ruptura del pacto con Unió Mallorquina.
Llama la atención que el electorado de Unió Mallorquina es el que defiende mayoritariamente un gobierno con el Partido Popular, con un 73 por ciento de los apoyos, mientras que no ve con simpatía dejar el Consell en manos exclusivas de los conservadores. El votante del PP, por su parte, tiene un sector importante de su electorado -aunque no mayoritario- que ve factible la continuidad del gobierno de izquierdas en minoría.
Decisión acertada
Los mallorquines apoyan de un modo amplio la decisión adoptada por la presidenta Armengol de romper el pacto con Unió Mallorquina, un 81 por ciento, ya que consideran que ésta formación nacionalista ha sido la principal responsable de la crisis institucional derivada del estallido de la 'operación Voltor', que supuso la detención de algunos de sus máximos dirigentes y detonante de la ruptura del pacto.
La autoinculpación del electorado de UM es significativa, el 60,6 por ciento.
Sin embargo, en el análisis de las consecuencias de la decisión tomada por Armengol los mallorquines no dudan en considerar que el Consell es una institución ingobernable, una calificación que comparte el 73,6 por ciento de los ciudadanos.
Mientras que la mayoría de los análisis negativos proceden del los electorados del Partido opular y Unió Mallorquina, entre los socialistas hay un relevante 54 por ciento que todavía considera que la situación puede redirigirse.
El grado de confianza del electorado en las diferentes formaciones políticas tras las consecuencias de la crisis ha generado un elevado gradio de desconfianza, hasta el 43,7 por ciento. Respecto a las posibilidades de los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, también van a la par como fórmulas para liderar la salidad de la actual coyuntura desfavorable en la que se encuentra la institución. El votante del Bloc es el más escéptico prespecto a una salida de la crisis del Consell con un determinado partido político.