El aparejador Miguel García, a su llegada al juzgado. | Teresa Ayuga

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El aparejador Miguel García, que participó en las obras de reforma del palacete del ex presidente del Govern, Jaume Matas, afirmó hoy ante el titular del Juzgado de Instrucción número 3, José Castro, que la esposa del ex jefe del Ejecutivo balear, Maite Areal, le entregó varios sobres cerrados supuestamente con dinero negro para pagar a los proveedores que intervinieron en la remodelación de la vivienda, según han informado fuentes jurídicas.

Durante su comparecencia en calidad de imputado, en la que estuvieron presentes además el fiscal anticorrupción Pedro Horrach y varios de los letrados personados en la causa que investiga el presunto desvío de fondos públicos producido durante la construcción del velódromo Palma Arena y su supuesta conexión con el incremento patrimonial de Matas, el aparejador ratificó de este modo la declaración que efectuó el pasado 3 de diciembre.

Tal y como aseveró, en algunas ocasiones sospechó que se trataba de dinero opaco al fisco, aunque como se trataba de sobres cerrados, otras veces no tenía la certeza de qué contenían en su interior, lo que recalcó en varias ocasiones. Sí recordó que uno de estos sobres llevaba 18.000 euros que iban destinados al proveedor de la cocina del palacete. De acuerdo a los numerosos testimonios recogidos en la causa, la cantidad que podría haber abonado en negro Matas supera los 350.000 euros.

Según explicó en este sentido, mediaba entre Areal y los proveedores de la casa, entre ellos los de la cocina, el aire acondicionado, el pintor y el carpintero, a los que entregaba los sobres, y manifestó que cuando sabía lo que contenían era porque estos profesionales le habían pedido el dinero y que se lo transmitiese a Areal. Así, al entregar el sobre a la misma persona, «suponía que era la cantidad solicitada».

A la familia de Matas "hay que tratarla bien"

Asimismo, el encausado recordó que trabaja para Denario, la empresa que se encargó de la decoración del palacete, y manifestó que su función dentro de la obra era procurar asistencia técnica, pese a que ya había un arquitecto técnico contratado, al que «nunca le vi allí». Es más, aseveró que hizo esta labor «como un favor» y sin cobrar nada por indicación del decorador Antonio Obrador, de la misma empresa, quien le dijo que a la familia de Matas «hay que tratarla y cuidarla bien».

Finalmente, sobre el piso que Matas posee en la calle Ramón de la Cruz, en el barrio de Salamanca de Madrid, el imputado señaló que fue él quien realizó el plano hallado en el piso sobre las mejoras que se llevaron a cabo en él antes de ser habitado, y que fue realizado por tanto por la misma empresa de decoración que controló las obras del palacete. En concreto, estas mejoras consistían en la construcción de una habitación más en la vivienda.

Finalmente, aseveró que no sabe quién es realmente el propietario del piso y recordó que contactó con Areal para proceder a la modificación incluida en el plano, sin saber si era la propietaria.

Obrador: "Cobré todo absolutamente con facturas"

Por otro lado, hoy también le tocó el turno a Obrador, quien igualmente prestó declaración en calidad de imputado. En su comparecencia, recordó que era el encargado de la decoración del palacete y en este sentido manifestó que «aconsejaba a Maite Areal» y que a Matas «le conocía de hacía tiempo». En contra de lo declarado por el aparejador, aseguró que cobró por honorarios y suministro de material «absolutamente todo con facturas».

Así, incidió en que no hubo ningún pago que fuese opaco al fisco, sino que todo lo facturó a Matas a través de su empresa «con la correspondiente factura». Entre estos pagos, hizo alusión uno de 100.000 euros en concepto de equipamiento del palacete de la que, en la misma línea, defendió su legalidad.