Imagen de archivo del comedor social del Patronato Obrero. | Jaume Morey

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El Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) ya abona la Renta Mínima de Inserción (RMI) a un total de 1.085 familias de la isla, que suman un total de 3.353 beneficiarios, lo que supone más del doble de las ayudas de este tipo que se aportaban en 2007, cuando apenas superaban las 400. Mientras que la cantidad que se destina a este dispositivo también se ha duplicado, hasta situarse en los 4,5 millones de euros en 2009.

Según expuso el conseller de Bienestar Social del Consell de Mallorca, y presidente del IMAS, Jaume Garau, «no vemos que continúe el incremento de la demanda» en la isla de los principales servicios de asistencia, que son, además del RMI, los comedores sociales y el centro de acogida de Ca l'Ardiaca, aunque sí se han visto «prorrogados» los periodos en que los usuarios necesitan recurrir a ellos.

Así lo detalló Garau durante la presentación del informe del Observatorio Social de la Crisis Económica en Mallorca, que tuvo lugar hoy en la sede del IMAS con la participación de la directora de este servicio, Núria Estaràs, quienes coincidieron en que la demanda de ayuda «se encuentra estabilizada, aunque sea dentro de unos niveles muy altos», especialmente, en comparación con los que se registraban hace dos años, antes de la recesión.

Entre las posibilidades que se ofertan a los usuarios que llegan a las oficinas de atención primaria de los servicios sociales de los distintos municipios, que han debido ser reforzados en la mayoría de casos, destacan las RMI, que se entregan a las unidades familiares y cuya cuantía depende de la cantidad de miembros con que cuenten, aunque oscilan entre los 300 euros y los 600 euros, con una media en 2009 que se situó en los 429 euros.

La gráfica de la Renta Mínima de Inserción de 2009 comienza con cerca de 600 usuarios y un disparo, que se hizo más acentuado a partir de marzo y que ya no se frenó --prácticamente en línea recta-- hasta septiembre, cuando se rebasó el millar de titulares de esa ayuda. A continuación, se produjo un leve descenso en octubre y noviembre, aunque sin bajar de los 1.000, para remontar de nuevo en el último mes del año.

La situación, en comparación con ejercicios anteriores, apunta que en 2007 había 366 usuarios de la RMI, con a razón de 31 incorporaciones mensuales al sistema. Mientras que, en 2008, se experimentó un primer repunte, al cerrar el año con 482 rentas, que se fueron sumando a un ritmo de 40 al mes. Pero fue en 2009 cuando se produjo el verdadero repunte, con 1.004 beneficiarios incorporados, al doble de velocidad, 84 al mes.

Por meses, el ejercicio pasado los servicios sociales de los ayuntamientos concedieron un mayor número de rentas mínimas de inserción en junio (120), abril (119), agosto (100) y julio (92), mientras que el mes de menor actividad fue enero, con sólo 54 RMI aprobadas y, por lo que se refiere al resto de mensualidades, en todos los casos oscilaron entre las 70 y 80 altas.

MAS DE LA MITAD SON EXTRANJEROS

El Observatorio Social de la Crisis Económica en Mallorca identificó a los beneficiarios del RMI como hombres, en un 40,8% de los casos, y mujeres, en un 59,2%. Esto representa una importante diferencia, porque en 2007 la proporción era de 25,5% hombres y 74,5 mujeres. También experimentó una evolución ligeramente superior al 10% la cantidad de extranjeros que la perciben, que ya alcanza el 62%, frente al 52,8% del total que suponía hace dos años.

Por lo que se refiere a los comedores sociales, el IMAS informó que el año comenzó con una media de 182 raciones servidas a diario en todos ellos --incluido el de Ca l'Ardiaca--, un número que nunca bajó de las 153 (septiembre) y que, al cerrar el ejercicio, se situó en las 174 comidas servidas por jornada. La diferencia es que los usuarios recurren a este servicio durante «más tiempo», ya que, de los 1.388 registrados, 367 tuvieron que prorrogar su asistencia.

Esta situación se debe, en buena medida a la sobrecarga de trabajo del sistema de atención primaria de servicios sociales, que envían a los ciudadanos en situación económica precaria a los comedores como medida transitoria hasta que, tras analizar cada caso, se les destina a programas de inserción laboral o se les concede la RMI. Y, a este respecto, en el caso concreto de Ca l'Ardiaca --donde los usuarios también pernoctan--, el repunte de actividad fue del 136% respecto a 2007.