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Todo comerciante posee objetos o productos preciados, valiosos o delicados que, por dichas cualidades, necesitan ser atesorados. Para ello, hoy disponen de acorazadas y discretas cajas fuertes. Siglos atrás, estas necesidades también existían, pero los mercaderes, agudizando el ingenio, ideaban entonces sus propios escondrijos. En Palma se ha localizado ahora uno de ellos, bajo el suelo de sa Llonja, aunque sin rastro de esos 'tesoros'.
Los comerciantes se armaron de un depósito subterráneo para resguardar y proteger materiales que, por alguna razón, debían mantenerse aislados para su conservación o para permanecer ajenos a posibles hurtos. Esta es la teoría que plantea la arqueóloga Elvira González después excavar esta semana una cavidad subterránea encontrada el pasado 17 de junio en el subsuelo del edificio de Sagrera, que se encuentra ahora en pleno proceso de rehabilitación integral.
A unos 40 centímetros bajo el suelo se halló esta estructura abovedada cuando se estaban excavando las zanjas perimetrales para las nuevas acometidas eléctricas, una acción que contempla el actual plan director del arquitecto Pere Rabassa.
La profundidad a la que se encuentra esta cámara hizo que pasara desapercibida cuando, a principios del XX, se trabajó en el suelo de sa Llonja, según explicó la arqueóloga. Después del hallazgo y de una primera cata, la experta pudo descartar que se tratara de un aljibe o una canalización, ya que «sus paredes no están preparadas para recibir líquidos», aseguró. Por lo que la función real de este descubrimiento era una incógnita.
Según la descripción de González, se trata de «un compartimento estanco con una única apertura cenital». «Es como una caja con paredes de marés y abovedada. Tiene una altura de un metro y medio y su proporción es casi cuadrada», detalló.
A falta de algún elemento que pueda determinar con certeza qué era exactamente lo que se guardaba en el interior, sólo se han encontrado escombros.
Sa Llonja palmesana es la única que ha sido excavada. Por ello, se desconoce si otras pueden albergar en el subsuelo estructuras como la encontrada en la de Sagrera. Por el momento, tampoco se han encontrado réplicas de este compartimento en otros puntos del edificio palmesano.
«No se puede hacer ningún tipo de paralelismo, es un ejemplo aislado y singular», confirmó Elvira González, quien descartó, por otra parte, que dicha cavidad sea anterior a la construcción de sa Llonja, ya que «se encuentra apoyada en los basamentos del edificio». Un detalle que indica que el descubrimiento es «originario a sa Llonja».
Paralelamente a esta excavación, próximamente se procederá a analizar una canalización abovedada encontrada también bajo el edificio.