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Un «diálogo entre la naturaleza y la geometría, entendida desde un punto de vista orgánico y partiendo de las experiencias vividas». Así plantea Mònica Fuster (Palma, 1967) su participación en la feria de arte contemporáneo Arco 2010, que se celebrará en Madrid entre el 17 y el 21 de febrero. La artista presenta el proyecto multidisciplinar Mientras corren las hormigas dentro de la sección Solo Projects, en la que sólo participan una treintena de creadores.
Fuster, que estrena colaboración con la galería Pepe Cobo, ha elaborado una propuesta que «parte de las experiencias vividas en el entorno» y que, tras dos años de trabajo, comenzará a montar dos días antes de la inauguración de Arco. En el centro de la sala la artista colocará una escultura de gran formato integrada por «piezas transparentes iluminadas». Éste es el «eje vertebrador del espacio, y desde aquí se crea un movimiento en espiral que conduce al resto de elementos». Así, unas cincuenta «piezas de pared» de pequeño formato, en soporte papel, se distribuirán por las paredes. Combinan fotografía, dibujo y collage. Fuster quiere «fusionar disciplinas y romper las barreras entre ellas. Algunas de las obras son instantáneas de una intervención que he realizado en el paisaje, o un dibujo realizado sobre una foto», explica.
Relación
Una pelota amarilla en el centro de un estanque, unas telas de colores atadas a unas cañas o una composición de triángulos en tonos de rojo son algunas de las piezas que profundizan en «la relación entre arte y ciencia». Cada una de las obras tiene «sentido autónomo, pero es al verlas todas juntas cuando se potencia su sentido narrativo». Mónica Fuster apunta que le interesa especialmente «el contenido simbólico de las imágenes y crear una historia abierta en la que el espectador pueda entrar y completarla. Hay que darle pistas para que participe, no dejarlo todo cerrado».