Actuación de Bisser Petrov, uno de los violoncelistas que participó en la convocatoria musical a favor de Haití. | J. Lladó

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El Claustro de Sant Antoniet de Palma se convirtió ayer en el escenario de Bach x Haití, un recital solidario en el que una veintena de violonchelitas ofrecieron, durante doce horas, melodías de Johann Sebastian Bach (1685-1750). Para Miquel Àngel Aguiló, organizador del evento, músico y compositor, se trata de un acto «muy emotivo y necesario para que no se olvide a las víctimas del desastre de Haití».
En el patio del Claustro se podía respirar un ambiente solemne en el que, desde las 09.00 horas, no pararon de sonar las suites de Bach. Fuensanta Martínez fue la encargada de abrir la muestra y a ella le siguieron, entre otros, Oriol Palou, Luis Miguel Correa, Miriam Rader o el propio Miquel Àngel Aguiló. «A pesar de los nervios estamos contentos con el resultado, ya que la participación de la gente ha sido muy positiva», confesaba Aguiló.
Al mediodía la cifra recaudada era muy esperanzadora, con alrededor de 2.000 euros. Aguiló contaba que «a falta de ocho horas, si la cosa sigue así de bien, esperamos superar los 6.000 euros, que en principio es nuestra meta». Todo este dinero será ingresado en una cuenta bancaria y se «guardará durante dos meses, cuando la catástrofe en Haití deje de ser noticia y sea cuando más falta haga el dinero».
Para dejar huella de la participación de los asistentes, por cada donativo se entregaba una vela roja que significaba el recuerdo «por todas aquellas personas que han fallecido y para las que se encuentran en desamparo». Poco a poco iban extendiéndose, no solo dentro del Claustro, sino también en la calle.
El acto llamaba la atención de los viandantes que paseaban por Sant Miquel, atrayendo también a turistas de visita por la ciudad. «Me parece una idea buenísima ya que al ser todo el día puedes venir cuando quieras», contaba una de las asistentes al acto.
La ilusión de colaborar iba desde los más pequeños hasta los mayores, que en algún momento del día se acercaron al Claustro para aportar un granito de arena por una causa que realmente merece la pena.