Papá Noel se instaló en mitad de la plaza y sentado en su trono comenzó a repartir caramelos a todos.

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Niños y niñas, hijos de empleados del personal sanitario, ingresados que pudieron abandonar por unos instantes sus habitaciones y asociaciones de discapacitados participaron en la gran fiesta navideña que desde hace 25 años celebra el hospital Universitario Son Dureta.

Castillos hinchables, mesas con todo lo necesario para pintar y colorear, un gigante parchís, un circuito de micro-coches instalado por la propia Policía Local de Palma y muchas otras actividades esperaban la llegada de los más pequeños desde las once de la mañana. Durante tres horas, niños y niñas, acompañados por padres, familiares o tutores pudieron recorrer los distintos espacios preparados en el exterior del edificio materno-infantil. La sensación llegó con el rugido inconfundible de las motos. Alrededor de un centenar de Harleys Davidson hacían su aparición en Son Dureta escoltados por la Policía Nacional. Los motoristas fueron recibidos por aplausos y sonrisas de los más pequeños. Chocolate caliente y buñuelos fueron repartidos a todos los asistentes.

En esta ocasión, otros grupos y clubs de moteros se añadieron a la iniciativa de Mallorca Chapter, que colabora desde hace algunos años en la fiesta y en la que todos los pequeños que lo desean pueden subirse a lomos de estas preciosas máquinas y dar una vuelta con sus propietarios por el hospital.

Una ambulancia y personal sanitario invitaba a los pequeños a conocer cómo son estos vehículos especiales por dentro. Algunas asociaciones como Amadiba asistieron a la fiesta, al igual que el presidente de Aspanob, Jaime Coll, que quiso colaborar con regalos y juguetes. lJulián Aguirre
(texto y fotos)