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En víspera del día de Todos los Santos, muchos viven la noche de Halloween entre fiestas y recorriendo las calles con máscaras y disfraces de los monstruos más terroríficos. Los niños, rápidamente han aprendido la costumbre americana de ir llamando de puerta en puerta en busca de caramelos y chucherías. La calabaza y la bruja son las dos protagonistas de una velada que comienza al caer la tarde. Demonios, esqueletos, verdugos, vampiros y zombis aparecen recobrando vida en los pequeños cuerpos de niños y niñas que corretean disfrazados e incluso algunos acuden a fiestas particulares en las casas de amigos o vecinos. Cada año esta fiesta gana más adeptos en Mallorca, ya son varias las discotecas, restaurantes y locales que ven en ello un reclamo para atraer a los noctámbulos. Incluso las salas de cine como en el Festival Park sacan un repertorio de películas del terrorífico género. Tétricas sorpresas y detalles en restaurantes donde las telarañas, en ocasiones, son reales. Para quienes opten por elegir un disfraz, los más económicos están por unos 20 euros. Las máscaras de carabelas y monstruosos rostros son la alternativa más preciada para quienes se animan a disfrutar de la fiesta de Halloween, sin gastarse mucho y no perder tiempo en ponerse o quitarse el maquillaje.

Julián Aguirre

(texto y foto)