Futura International Airlines tiene su sede central en Palma desde su creación, en noviembre de 1989.

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Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento, comunicó a la empresa que si presentaba concurso de acreedores, le retiraba la licencia de vuelo, más en una situación tan compleja como la actual, mediatizada por el trágico accidente aéreo de Spanair el pasado 20 de agosto en Barajas.

Revuelo empresarial
Futura quería seguir operando como tal, pero ante la negativa de Aviación Civil, comunicó ayer a todos sus operadores el cese de operaciones a partir de las 00.00 horas de la madrugada de hoy lunes, situación que provocó ayer un auténtico caos en las sedes de los touroperadores españoles y compañías aéreas, al tener que reprogramar vuelos, traslados de pasajeros y frecuencias afectadas por la paralización de la compañía.

Fuentes sindicales indicaban ayer a este diario que la situación de Futura es toda una incógnita, «porque no sabemos nada realmente de lo que pasa. Es cierto que la compañía no está pasando por un buen momento y que hoy (por ayer) habían circulado todo tipo de rumores sobre el concurso de acreedores y el cese de operaciones. Mañana (por hoy) la compañía tendrá que dar muchas explicaciones sobre todo lo que ha pasado en los últimos días y el por qué adopta esta decisión tan drástica sin haber ni siquiera podido ejecutar el plan de viabilidad que nos presentó hace diez días».

Canarias va a ser el destino más afectado por esta delicada situación. En total, más de 25.000 pasajeros transportados por Futura tendrán que ser recolocados en otras aerolíneas, con la complejidad de que estamos en plena temporada punta y no hay aviones disponibles en estos momentos.

Los mayoristas españoles afectados mantuvieron ayer reuniones de urgencia para solventar esta cuestión, de ahí que los responsables de contratación de vuelos tuvieran contactos directos con todos los responsables de las aerolíneas españolas y chárter extranjeras para poder contratar vuelos extras.

Seguridad
Desde el primer momento que circuló ayer la noticia entre los trabajadores de Futura en Palma, la preocupación fue la nota general. La compañía cuenta con 1.500 trabajadores, 600 de ellos en Palma. Con el fin de evitar problemas y controlar la seguridad de la sede de la compañía y de todos los aviones que durante estas últimas horas, una vez finalizaban su ruta de trabajo, llegaban a las respectivas bases, entre ellas Palma, fuerzas de la Guardia Civil comenzaron a vigilar desde media tarde de ayer todos los activos de Futura en Palma y en el aeropuerto de Son Sant Joan.

La compañía reagrupó ayer a su flota en los aeropuertos de Palma, Madrid y Las Palmas, donde dispone de sedes, trayendo en los vuelos de regreso a todas sus tripulaciones. La intención de la dirección de la aerolínea es intentar reflotar Futura con la puesta en marcha de un plan de viabilidad drástico.

Dicho plan, que fue presentado a finales de agosto al comité de empresa, contemplaba la propuesta de que todos los trabajadores cobrarían 1.000 euros al mes durante seis meses para no realizar ningún tipo de regulación de empleo.

Fuentes de la dirección de la empresa se limitaron ayer a reseñar que hoy se facilitaría un comunicado oficial para explicar la situación de la compañía y las medidas que se iban a adoptar en los próximos días.

Las mismas fuentes, días antes de presentar su propuesta al comité de empresa, reflejaban la delicada situación por la que atravesaba la compañía. «El problema no está en el negocio, sino que no tenemos capacidad para financiar las deudas que cada invierno se producen en la actividad chárter, que eran asumidas con los beneficios que se generaban en verano, circunstancia que no ha sucedido este año», apuntaba el director general de la aerolínea, Francisco Vives. La situación, al parecer, se ha ido complicando en los últimos diez días.