Los Reyes, sus hijos y todos sus nietos, durante la sesión. Foto: JULIÁN AGUIRRE

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La Familia Real posó ayer para una sesión fotográfica en el Palacio de Marivent. Mallorca ha sido el lugar elegido para tomar la primera foto oficial de todos los miembros de la Familia desde que naciera la infanta Leonor. Juan, el hijo mayor de los duques de Palma, fue el primero en asomarse tímidamente, con una sonrisa traviesa dibujada en su rostro.

Pero fue otra puerta la que segundos más tarde se abrió, dando paso a un desfile encabezado por el Rey, que llevaba de la mano a su nieto Froilán, y doña Sofía. El resto de los integrantes de la familia se sumaron a la comitiva a continuación, colocándose estratégicamente para ser inmortalizados por las cámaras de los alrededor de sesenta periodistas que se dieron cita en el acto. «¡Cuánta gente!», exclamó el Rey.

La infanta Leonor, ataviada con un vestidito rosa, irrumpió en escena en brazos de su madre, la princesa Letizia. El príncipe Felipe también tuvo su oportunidad para ejercer de padre ante los focos, y en determinados momentos acogió a su hija tiernamente entre sus brazos. Los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín se revelaron como los más inquietos. A los ya habituales juegos de niños de los pequeños varones, se unió en esta ocasión una versátil Irene, quien tan pronto sollozaba como mostraba sus avances en el idioma de Cervantes con un incisivo «hola».

Francisco García